28/08/2017
AS
Con Floyd Mayweather no caben las sorpresas. Ya se
encarga él de reventarlas. El combate del siglo, el cóctel comercial o el
circo, como se quiera llamar según quien opine, acabó en Las Vegas con Conor
McGregor noqueado en el décimo asalto. Sin lugar a las dudas. El juez, Robert
Byrdj, tuvo que parar el combate: KOT.
El estadounidense no es un tipo querido, ni le
gustaría serlo porque le va ejercer el papel de malo en las películas,
pero su boxeo no deja resquicio. Y ante el supercampeón de la UFC, un
personaje también excesivo y sin miedo a nada, dejó que Conor McGregor se
creciera en los tres primeros asaltos para anotárselos. Estrategia o
carbonilla, con 40 años y 714 días inactivo, lo cierto es que a partir del
cuarto asalto comenzó a carburar.
Por el Strip, la calle que ejerce de corazón de Las
Vegas, el pulso latía acelerado por los miles de irlandeses que acudieron
a apoyar a su ídolo nacional. Las pulsaciones estaban disparadas, las apuestas,
en las que era amplio favorito Mayweather, comenzaron a tomar más brío por
el luchador después de su exceso de testoterona y su tono amenazante en el
pesaje. Los tres primeros rounds abrieron una puerta. Pero Mayweather pegó
un portazo.
El de Grand Rapids comenzó a conectar a McGregor, con
la guardia diestra por delante muy al estilo UFC. A éste, se le fueron muchas
manos a la nuca y se cuando se vio superado, se dedicó a agarrar a ‘Money’. El
juez, Robert Byrd, debió restarle algún punto. Pero fue permisivo.
Mayweather se fue inflamando, sacó a pasear su
derecha, no le hizo ya falta su cintura prodigiosa ante el cansado
luchador de la UFC. En el noveno round pudo cerrar el pleito, pero parece que
se gustó hasta alargarlo. Una andanada de golpes acabaron con el irlandés, que
aguantó más de lo esperado. Floyd se va con 100 millones de dólares
garantizados, invicto, con un 50-0 que le hace superar al mito Rocky
Marciano. La reputación del boxeo está a salvo.