Jueves
25 de junio de 2015 – 03:10 PM
Giselle Vanessa Vaquedano Sevilla
Analista Internacional
consultorainternacionalhn@yahoo.com
El
último informe de Desarrollo Humano para América Latina 2013-2014 se orienta a
destacar la seguridad humana “Seguridad Ciudadana con Rostro Humano:
Diagnóstico y propuestas para América Latina”.
En
sus líneas deja entre ver la gran problemática que se ha generado con la
delincuencia y violencia en la región. Este
informe presenta estados alarmantes de
violencia, se revela como a América Latina en conjunto se le imputan cifras de
hasta 100,000 homicidios registrados por año.
Este
número exorbitante ha llevado a la Organización Mundial para la Salud
(OMS). A CALIFICAR A LA VIOLENCIA COMO
EPIDEMIA.
La
OMS se refiere a la violencia como una
problemática que debe ser considerada como una cuestión de salud pública. También la define como “El uso deliberado de
la fuerza física, ya sea en grado de amenaza o efectivo contra uno mismo, otra
persona o grupo o comunidad que cause o tenga muchas probabilidades de causar
lesiones, muertes, daños psicológicos trastornos del desarrollo o privaciones.
Como
podemos apreciar esta definición es muy
amplia y nos compromete a
nosotros mismos como individuos, o a los
actos violentos contra terceros o contra la comunidad. Las consecuencias que se generan de la
violencia son inimaginables y afectan el
bienestar de la sociedad en conjunto, y hablando en términos macroeconómicos, comprometen en desarrollo
del estado.
El
tema de la seguridad ciudadana se ha convertido en uno de los pilares más
importantes para la conformación de políticas públicas de los países de la
región, sobre todo en Centro América. El daño que se le hace a un país, sociedad, familia
o individuo es tan alto que no se puede cuantificar. No existe en mi opinión ningún plan o
programa de desarrollo en el mundo que combata o erradique de una vez la
violencia tiene que haber un esfuerzo consensuado con voluntad colectiva, y
apoyo de los gobiernos y organismos nacionales e internacionales y multilaterales,
teniendo como fin supremo del estado la persona humana.