Miércoles 27 de mayo de 2015 – 09:20 AM
Isabel Saco
La FIFA vive uno de sus peores momentos, con dos
escándalos simultáneos de corrupción que hoy llevaron a la detención de siete
altos dirigentes deportivos, todos ellos de la región de las Américas y que
ahora enfrentan graves cargos de corrupción por los que Estados Unidos pide su
extradición.
El hecho sin precedentes se produce a tan sólo dos
días del Congreso de la FIFA, el órgano supremo de la organización y compuesto
por 209 federaciones, cuyos líderes están congregados en los últimos días en
Zúrich, donde han tenido lugar los arrestos.
El punto más importante y polémico del Congreso es
la elección del presidente de la FIFA y la insistencia del suizo Joseph Blatter
de continuar al frente de la organización deportiva a pesar de sus 79 años, de
los 16 años que lleva en el puesto y de que la última vez que fue reelegido
dijo que sería su última vez.
Su reelección se daba por descontada, pero los
sucesos de hoy pueden perturbar las ambiciones de Blatter y dar alguna
oportunidad a su único rival, el príncipe jordano Ali bin al Husein.
Los otros dos candidatos -el exjugador portugués
Luis Figo y el presidente de la Federación Holandesa, Michael van Praa- se
retiraron recientemente tras admitir que no tenían posibilidades y dieron su
apoyo a Al Husein.
"Nunca hemos tenido la idea posponer el
Congreso ni la elección. Vamos adelante con la agenda y la elección tendrá
lugar como está previsto", dijo hoy el portavoz de la FIFA, Walter De
Gregorio.
Ello pese a las voces que piden el aplazamiento del
proceso en el que, según opinan muchos, la FIFA se juega lo último de su
credibilidad.
Sobre todo después de conocerse la amplitud de los
dos casos de corrupción que investigan -de forma paralela pero independiente
uno de otro- la Justicia de Estados Unidos y de Suiza.
La primera investigación fue iniciada por una
fiscalía de Nueva York por el supuesto pago de sobornos por más de cien
millones de dólares a dirigentes de la FIFA a cambio de que ciertas firmas
recibieran los derechos de transmisión, publicidad y auspicio de torneos
futbolísticos en EEUU, América Latina y el Caribe.
Dentro de este proceso fueron detenidos hoy el
uruguayo Eugenio Figueredo (vicepresidente de la Confederación Sudamericana de
Fútbol y vicepresidente de la FIFA), el costarricense Eduardo Li (presidente de
la Federación Costarricense de Fútbol y funcionario de la FIFA) y el brasileño
José Maria Marin (miembro ejecutivo de la Confederación Sudamericana de
Fútbol).
También está detenidos el nicaragüense Julio Rocha
(expresidente de la Federación Nicaragüense de Fútbol y funcionario de la FIFA)
y el venezolano Rafael Esquivel (presidente de la Federación Venezolana de
Fútbol y miembro ejecutivo de la Confederación Sudamericana de Fútbol).
Además, la policía suiza arrestó a los británicos
Costas Takkas (exsecretario general de la Federación de Fútbol de Islas Caimán)
y Jeffrey Webb (presidente de la Confederación de Fútbol de América del Norte,
de América Central y del Caribe, y vicepresidente de la FIFA).
La segunda investigación judicial es dirigida por el
Ministerio Público de Suiza, que la inició el pasado noviembre a petición de la
propia FIFA por sospechas de gestión desleal y lavado de dinero en relación con
la elección de las sedes de las Copas del Mundo de 2018 en Rusia y 2022 en
Catar.
Sin embargo, el portavoz de la FIFA ratificó hoy que
los dos mundiales se jugarán en esos países, de los cuales Catar fue el más
cuestionado en el momento de su elección, en 2010, por carecer de tradición e
infraestructura futbolística, y cuyo clima ha obligado a trasladar el Mundial
de 2022 a los meses de noviembre y diciembre.
Se desconoce, por el momento, la identidad o el
número de personas contra las que la Fiscalía suiza ha confirmado hoy haber
abierto una investigación penal.
En relación con este caso, agentes del Ministerio
Público helvético recogieron hoy documentos y datos electrónicos en la sede
mundial de la FIFA.
El organismo ha tratado de usar este caso para
intentar presentar las investigaciones como una iniciativa suya y un esfuerzo
de "limpiar" la casa de eventuales situaciones de corrupción.
Sin embargo, el golpe asestado es grande por el alto
nivel de varios detenidos en la cúpula de la organización y porque la Justicia
estadounidense ha dicho tener la convicción de que las pruebas que les
incriminan son sólidas y pueden costarles hasta veinte años de prisión.
De Gregorio dijo que nadie en la FIFA sabía que la
policía suiza realizaría hoy los arrestos y que miembros de la Fiscalía irán a
su sede a buscar evidencias.
"Nadie lo sabía y es normal que haya sido una
sorpresa para todos", dijo el portavoz, quien sobre el ánimo de Blatter
frente a lo ocurrido dijo: "Está concentrado en el congreso, aunque el
factor de estrés de hoy haya sido más alto. Está calmado porque se confirma que
no está involucrado". EFE