Viernes
17 de octubre de 2014 – 05:30 PM
Tegucigalpa,
Honduras - El migrante hondureño Angel
Amílcar Colón, narró este jueves, el “infierno” que vivió durante su cautiverio
de más de 5 años y medio en una cárcel de máxima seguridad en México, período
en el cual perdió a su hijo, un hermano, una sobrina, una tía y a su madre, sin
que la dieran la oportunidad de contactarse con el resto de sus familiares.
Durante
su testimonio cuestionó el papel de las autoridades mexicanas por haberlo
acusado sin tener pruebas y hacerlo vivir un “infierno” en una cárcel en la que
incluso bebían agua contaminada y en la cual la mayoría de los internos vivían
con diarrea por el tipo de comida que les proporcionaban.
En
comunicación con el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Roberto
Herrera Cáceres, el migrante hondureño Ángel Colón le agradeció por las gestiones realizadas y le
adelantó que promovería una demanda
para que se haga justicia y que
centenares de hondureños no sigan sufriendo las brutalidades que él sufrió.
“Queremos,
señor Comisionado, que el Estado mexicano investigue a las personas que me
torturaron para que lo que me pasó a mí no le pase a otros compatriotas”,
declaró.
TESTIMONIO
COMPLETO DE ANGEL AMILCAR COLON
Este
es un triunfo de la verdad de la justicia en contra del mal.
Es
prueba de muchos casos de personas que están presos en diferentes cárceles del
país y que están en circunstancias similares como la mía que están abandonados porque
no cuentan con alguien que haga eco su voz de
la situación que vive.
El
sistema te deja desarmado para poder reunir las pruebas necesarias y demostrar
su inocencia.
La
razón por la cual partí de Honduras con destino a la ciudad de New York es
porque me veía rodeado de pobreza y el estado de salud de mi hijo Angel
Elvir Colón Baltazar, pues necesitaba
dinero para atender su situación de salud y tratar el cáncer que lo mató.
Durante
este cautiverio en que me mantuve en el Cefereso No. 4 en Tepic, Nayarit, que
es una prisión de máxima seguridad, disfrazada a la opinión pública que es una
prisión de mediana seguridad.
A
parte de la muerte de mi hijo murió la hija mayor de mi hermana, murió mi hermano, murió mi tía y murió mi
mamá. A mi padre no lo conocí porque murió cuando tenía 9 meses.
En
ninguno de los momentos en que mi hijo y demás parientes fallecieron se me dio
la oportunidad de hacer una llamada telefónica y darles el pésame a mis
hermanos y solidarizarme con el dolor mutuo que teníamos por nuestros seres
queridos.
Soy
garífuna de nacimiento y de padres y madres garífunas, ex dirigente de la
Organización Fraternal Negra de Honduras, me he desempeñado como ex dirigente
de la Asociación de Estudiantes Afro del Centro Universitario Regional del Norte,
hoy conocida como Universidad del Valle en San Pedro Sula.
Participé
en la Fundación de Afro América 21 cuando se articuló, fui fundador del Foro
Binacional Honduras - Nicaragua para la conservación de las áreas protegidas,
fronteriza entre ambos países, he desempeñado muchas funciones en mi vida
social, fui aspirante para ser sacerdote, estuve 5 años bajo custodia, asesoría
y tutoría de la Iglesia Católica y vigilancia de los jesuitas.
Hoy
tengo un matrimonio que estoy por legalizar con
mi esposa July Alexandra Baltazar con quien procree dos hijos.
Yo
llegué a la casa, con la que relacionan los hechos, bajo engaño y amenazas y
corrí del lugar por mi vida.
Las
autoridades violaron mis derechos lo que es la asistencia consular, la
violación del debido proceso, 15 horas estuve bajo la retención de la Policía
Federal, me entregan después al
Ministerio Público, estos me entregan al ejercito mexicano para ser interrogado
bajo tortura.
Una
experiencia única que ha marcado mi vida, habían más de 60 personas en ese
cuartel, todos bajo la misma condición.
También
se violó mi derecho por hacerme declarar en una base militar, no tuve una
defensa adecuada porque no tuve una entrevista con mi defensora pública federal
y fue testigo, mi defensora, de mi tortura a las 2: 00 de la madrugada, se
encontraba dentro del cuartel.
Me
visitó una comisión del Ministerio Público y se presentó como integrante del
Ministerio Público y al día siguiente, a las 8:00 de la mañana, aparece que iba
a ser mi abogada.
En
el expediente no hay prueba alguna que diga que presentó denuncia ante el
Ministerio Público, que presentó amparo para solicitar mi defensa, mi
liberación porque no hay evidencia en el
expediente.
Fui
arraigado por 80 días después de terminar los 40 días en el Cuartel Militar,
estuve aquí en la ciudad del DF, en la colonia Doctores, en el Centro de
Arraigo para completar los 80 días.
Fui
víctima de tortura física y psicológica durante 5 años, 4 meses que permanecí en el Cefereso No. 4 Noroeste.
En
febrero cuando ingresó quien es directora en ese Centro, llegó golpeando,
maltratando a los internos que se encontraban en el Cefereso por simple capricho, argumentando que allí se
vendían drogas y otras cosas, acusando a la directora saliente.
No
encontró droga pero si dejo gente fracturada, lesionada, simplemente para
demostrar quien mandaba y quien iba a mandar en el Cefereso.
Allí
se vive un infierno, hoy en día todos beben agua de llave contaminada, ganamos
los amparos para que nos den agua purificada. En este momento ya se está
entregando agua de garrafón purificada en el Cefereso No. 4 Noroeste.
Hay
jueces, yo gané un amparo donde se me ordenaba que se me diera un garrafón de
agua semanal, la directora decidió que es quincenal.
La
comida constantemente les pega diarrea a los internos y no se registran en los
expedientes médicos, así que cuando nosotros promovemos amparos ante los jueces
no podemos ofrecer pruebas porque
presentan un informe de la autoridad y no se encuentra constancia que alguien
padeció de diarrea y se deniega el reclamo.
La
mayoría de los internos mueren por negligencia médica, porque la atención, si
no te miran tirado en el piso que justifique que es emergente no se te da
atención. Mucha gente que ha sido operada de cosas leves por no atención han
muerto.
Hay
un colombiano que murió porque después de la operación se dieron cuenta que era
cancerígeno el tumor que le extirparon,
así que ese tumor se lo llevó.
Hay
otros casos que argumentarán porque les hacen firmar documentos antes de su
operación para liberar a las autoridades de la responsabilidad por si pasa
algo. Es injusto eso porque el Centro
cuenta con recursos.
La
Procuraduría General de México determinó que no había pruebas para determinar
que yo era responsable de los hechos y por eso determinó mi libertad inmediata
el pasado 15 de octubre del 2014.
Lo
relevante es que la PGR mantuvo su acusación sabiendo que era inocente y eso
amerita una reparación del daño, el castigo a los responsables y que
investiguen a las personas que hicieron estos actos de tortura.