Por: Filiberto Guevara Juárez
Aunque resulte difícil creerlo, se está haciendo bastante difícil que la oposición política pueda sacar del poder al Partido Nacional de Honduras. De los pocos líderes políticos de oposición que tiene muy claro eso, es José Manuel Zelaya Rosales, él lo dijo claramente el día 16 de abril del presente año, en un programa televisivo de debate, cuando citando al expresidente de Costa Rica, José Figueres (padre), dio a entender lo siguiente: «un presidente de un país puede no imponer a su sucesor, pero puede orinarse en la sopa».
Explicó además, que Juan Orlando Hernández (JOH), va a seguir siendo presidente de nuestro país, hasta última hora. De lo que se puede deducir, por lo expresado por el expresidente José Manuel Zelaya Rosales, que Juan Orlando, puede dar al traste con el proceso electoral en cualquier momento, y podría darse el caso de un auto-golpe de Estado, porque tiene el control absoluto de las fuerzas armadas, y el control autocrático del resto de los poderes del Estado, de una u otra manera.
Así que, aquellos candidatos a cargos de elección popular podrían quedarse con » los colochos hechos», como reza la sabiduría popular catracha, y Juan Orlando Hernández, podría volver a «salirse con la suya», porque es muy mentiroso, inteligente y astuto, pudiendo darse el lujo «de jugar enchute», con el deseo del pueblo hondureño de querer sacarlo del poder. Él bien sabe, que aún el gobierno estadounidense, con el cual está en serios problemas por el asunto de su eventual acusación formal en las Cortes del Distrito Sur de Nueva York, por su vinculación con el narcotráfico de cocaína a gran escala a dicho país; no puede impedir que él (JOH), pueda manipular los hilos del poder político, mediático, económico…etc., en nuestro país, porque el gobernante Juan Orlando Hernández, es de hecho, un dictador solapado.
El gran problema para el gobierno estadounidense es que los Estados, por muy pequeños que sean, son Estados soberanos, y aún siendo EEUU, el país más poderoso de la tierra, no puede imponer su voluntad a un gobernante como Juan Orlando Hernández, y por eso, se está poniendo de acuerdo con los emisarios que Juan Orlando les manda para negociar, porque por muy pequeño y débil que sea el Estado hondureño, EEUU, necesita geoestratégicamente de Honduras, en función de sus intereses de seguridad nacional ,incluyendo la inseguridad que implica la migración de hondureños hacia EEUU. Eso, lo deja entrever, el expresidente Barack Obama, en su reciente libro de memorias: “Una Tierra Prometida”, cuando se hace la siguiente pregunta: “¿Es una familia de inmigrantes vadeando un río en busca de una vida mejor o una pandemia, incubada por la miseria y la falta de recursos en países pobres, que se cuela invisible en nuestros hogares?” Ésta especie de disgregación del título del presente artículo de opinión, es necesaria, para entender, por qué el Partido Nacional de Honduras, podría continuar en el poder.
Veamos pues: resulta que, si los Partidos políticos de oposición, pudieran ponerse de acuerdo todos en unirse en una gran alianza político-social amplia e incluyente, eso sólo serviría para quitarle el Poder Ejecutivo, al Partido Nacional, pero no, el Poder Legislativo, y el resto de los controles a futuro de todas las instituciones republicanas de poder; incluyendo la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía General de la República…etc. Porque aunque el nuevo gobierno de oposición política logre ganar la presidencia de la república en las próximas elecciones generales, el Partido Nacional, tiene garantizado por tres años más, en forma constitucional, el control de todas esas instituciones republicanas de poder.
Es más, aunque alguna facción de la oposición ganara la presidencia de la república en la próxima elección general, muy poco o nada podría hacer para implementar su buen plan de gobierno, si el Partido Nacional saca al menos, cincuenta diputados en la próxima elección general, porque con esa cantidad de diputados, más los diputados de los partidos emergentes, sumados a sus diputados afines del Partido Liberal, podría colocar a Ebal Díaz como presidente de dicho Congreso, e impedir con ello un buen gobierno en lo futuro; con el propósito de regresar al poder, en el periodo subsiguiente de gobierno.
Y, si el Partido Nacional, en la próxima elección general, logra sacar el número de diputados que impida a la oposición política, alcanzar la mayoría simple de 65 diputados en el próximo Congreso Nacional de la República, sería imposible que el nuevo gobierno de oposición pudiera hacer posible cualquier proyecto de ley en favor del pueblo hondureño. Así que, «la tiene tile», la oposición política hondureña, como decimos popularmente los catrachos.
Para eso, sólo hay una salida: que a esa planilla de diputados del Partido Nacional; la oposición política, logre conformar una planilla unificada de oposición, con los mejores ciudadanos hombres y mujeres, en las únicas plataformas políticas que aún le queda a la oposición política: La del Partido Salvador de Honduras (PSH), y el Partido de Innovación y Unidad Nacional Social Demócrata (PINU-SD).El gran problema con ello, es cómo lograr conciliar intereses, para que el PSH y el PINU-SD, se unan poniéndose de acuerdo para lograr conformar una planilla única de diputados, que se oponga a la planilla de diputados del Partido Nacional de Honduras; para lograr con ello, restarle diputados a dicho Partido político; debido al asunto del cociente electoral, lo cual quedó plenamente evidenciado en la elección general pasada, cuando muy astutamente el gobernante Juan Orlando Hernández, en las últimas semanas de campaña política, salía muy frecuentemente en la televisión, invitando a sus correligionarios a votar mediante una línea continua en favor de todos los candidatos de su Partido, lo cual logró exitosamente; mientras los partidarios de la “Alianza de Oposición contra la Dictadura” de los Partidos de oposición, dividían su voto ingenuamente entre dos planillas de diputados, afectando con ello, su cociente electoral.
Además, uno que otro votante ingenuo, le daba su voto a futbolistas y otros que iban de candidato a diputado por el Partido Nacional. De esa manera, también votaron ingenuamente muchos votantes independientes, sin saber que esos dizque futbolistas y otros que se creían que eran “honestos”, se volverían en corruptos de manada ,cada vez que en el Congreso Nacional de la República, la aplanadora mecánica del Partido Nacional, aprobaba leyes y contratos en contra de los intereses del pueblo hondureño, tal y como también sucedió en la fatídica y negra noche del 20 de enero, de 2014, cuando siendo Juan Orlando Hernández, aún, presidente del Congreso Nacional de la República, aprobaron múltiples contratos leoninos en favor de los poderes fácticos de nuestro país, hasta en forma ilegal, porque dicha sesión se prolongó hasta el 21 de enero, usurpando las funciones del nuevo Congreso Nacional de la República, conforme nuestra Constitución política.
Aquello, fue un claro abuso de poder, del recién electo presidente de la República, Juan Orlando Hernández, que en esa negra y fatídica noche del 20 de enero, ejerció prácticamente, el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo, estrenándose dictatorialmente en el poder, habiéndose tolerado otra flagrante violación a nuestra Constitución de la República, debido a la falta de separación de poderes. Es más, el expresidente Porfirio Lobo Sosa ya había delegado prácticamente la Presidencia de la República en Juan Orlando Hernández desde el mes de diciembre de 2013. ¡Qué tristeza da tanta ignorancia del noble y sufrido pueblo hondureño!
Todos los líderes de la oposición política deben saber, que aparte de sus intereses personales, también están los intereses personales de los grupos que los rodean, y les impiden alcanzar acuerdos para lograr una alianza de oposición política amplia e incluyente, porque podría suceder que por simple egoísmo natural la mayoría de los candidatos a diputados, no quieran ceder su posición asignada en las planillas por el PSH y el PINU-SD, y hasta se resistan a conformar una planilla única de diputados ante una eventual alianza entre esos dos Partidos políticos; sin percatarse, que el cociente electoral, podría dejarlos fuera de una posibilidad de alcanzar una curul en el próximo Congreso Nacional de la República.
No obstante, existe una forma democrática, que se implementó para ello en la antigua Grecia (cuna de la democracia), esa forma más genuina de democracia es el sorteo, que incluso -dicho sea de paso-, la implementaron los discípulos de nuestro Señor Jesucristo, cuando quisieron sustituir al traidor Judas Iscariote, entre dos buenos candidatos: Matías y José. He aquí, la cita bíblica, al respecto: “Tenemos aquí hombres que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús estuvo entre nosotros, desde que fue bautizado por Juan hasta que subió al cielo.
Es necesario, pues, que uno de ellos sea agregado a nosotros, para que junto con nosotros dé testimonio de que Jesús resucitó.» Entonces propusieron a dos: a José, llamado Barrabás, y llamado también Justo, y a Matías. Y oraron así: «Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos cuál de estos dos has escogido para que tome a su cargo el servicio de apóstol que Judas perdió por su pecado, cuando se fue al lugar que le correspondía.» Lo echaron a la suerte, y ésta favoreció a Matías, quien desde aquel momento quedó agregado a los once apóstoles.” (Hechos 1: 21-26).
Por todo lo anteriormente expuesto, urge que todos los líderes de la oposición política, y los potenciales candidatos a todos los cargos de elección popular de los partidos políticos de oposición, depongan sus intereses personales en función de los sagrados intereses de toda la nación hondureña, para lograr construir una gran alianza político- social de oposición, para sacar completamente del poder al Partido Nacional de Honduras.
San Pedro Sula, 18 de abril, de 2021.
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