Domingo 04 de junio de
2017
Aunque en la actualidad
son los actores de origen latino quienes suelen denunciar con más fuerza la
situación de discriminación que todavía impera en la industria de Hollywood a
causa de los rígidos estereotipos que limitan su potencial interpretativo, el
actor Arnold Schwarzenegger ha querido recordar en su última intervención
pública que él también fue víctima de ciertos tópicos en la década de los 70
ligados en su caso a la nacionalidad austríaca y a su aspecto físico.
Tanto es así, que poco
después de desembarcar en Los Ángeles con el sueño de cerrar su etapa anterior
como culturista y forjar una prometedora carrera en en el mundo del cine, el
artista recibió todo tipo de comentarios que cuestionaban que su perfil físico
y étnico fuera el más apropiado para cumplir con su objetivo.
"En Hollywood, todo
el mundo me decía que jamás sería capaz de conseguir un papel protagonista en
una película. Me decían que mi cuerpo era demasiado grande para ello, y que en
los años 70 la imagen que se requería para un trabajo de estas características
era la de alguien como Al Pacino o Woody Allen, que en esta época eran como sex
symbols. Yo pensaba para mis adentros: '¿En serio?'", explicó al diario
británico The Independent antes de referirse a las particularidades de su forma
de pronunciar el inglés.
"Y por si eso no
fuera suficiente, en las audiciones solían comentarme: 'Bueno, y la verdad es
que el acento tampoco ayuda, me parece muy tétrico. Quizá encontremos un papel
de nazi para ti o algo del estilo'", añadió en la misma conversación.
Teniendo en cuenta que
Arnold Schwarzenegger terminó consagrándose en la década de los 90 como el
ídolo de acción más representativo de la cultura popular estadounidense de esos
tiempos, gracias a cintas ya icónicas como 'Terminator 2', 'Desafío Total' y
'Eraser'-, no debería resultar sorprendente que ahora, en lugar de guardarles
rencor a sus críticos, prefiera exhibir su más sincero agradecimiento a
aquellos directores que apostaron por su potencial sin caer en los prejuicios.
"Me acuerdo de que
en una rueda de prensa, John Milius [director de 'Conan' (1982), otra de sus
películas más recordadas] dijo: 'Si no tuviéramos a Schwarzenegger, tendríamos
que construir uno'. En ese momento parece que mi aspecto físico pasó de ser un
defecto a algo que aportaba un valor añadido. Después de eso hice 'Terminator'
[en 1984] y James Cameron dijo en otro encuentro con los periodistas que lo
mejor de la película era mi capacidad para hablar como una máquina",
explicó en la misma entrevista sobre los dos filmes que supusieron un punto de
inflexión en su trayectoria hollywoodiense.
Dejando patente una vez
más su determinación y su capacidad de sacrificio, Arnold consiguió ya en la
década de los 2000 una hazaña que parecía imposible para un extranjero
procedente del mundo del espectáculo: ganar unas elecciones que le convirtieron
nada menos que en Gobernador de California, puesto que ocupó durante dos
legislaturas (2003-2011) que sin duda serán recordadas por el significativo
impulso que su administración dio a las energías renovables del estado.
Desde ese momento, al
intérprete no le ha temblado el pulso a la hora de implicarse activamente en el
debate político de su país de acogida y, especialmente en los últimos tiempos,
criticar abiertamente la gestión del presidente Donald Trump en materias
cruciales como la protección del Medio Ambiente.