Lunes 22 de mayo de 2017
Ni la oposición ni el
gobierno de Nicolás Maduro capitulan y este lunes vuelven a medir fuerzas en
las calles de Venezuela, tras 52 días ininterrumpidos de protestas que dejan 48
muertos, centenares de heridos y miles de detenidos.
La Federación Médica
Venezolana (FMV) se dirige este lunes al Ministerio de Salud en apoyo a la
oposición en Caracas, mientras que el chavismo convocó a dos marchas: una por
la salud, que será recibida por Maduro este lunes en el Palacio presidencial de
Miraflores, y otra por la paz el martes.
"Hay que ir
escalando la presión", aseguró el líder opositor Henrique Capriles por
Periscope. En las afueras de Caracas ya había enfrentamientos de manifestantes
contra policías y militares, y varias calles de la capital venezolana
amanecieron trancadas con barricadas.
"Impiden que médicos
de nuestros municipios vayan a la marcha", se quejó en Twitter David
Smolansky, alcalde opositor de El Hatillo (este).
Por falta de insumos,
equipamiento y medicamentos, la situación de los hospitales del país petrolero
es "catastrófica" según los médicos.
"Apenas tenemos 3%
de insumos. Es una situación caótica. Marcharemos por el hambre que hay, por la
carencia de medicamentos, ese holocausto de la salud que ha impuesto el
gobierno", dijo a la AFP Douglas León Natera, presidente de la FMV.
- La oposición sigue en
las calles -
La oposición tiene el
desafío de atraer manifestantes pese a los gases lacrimógenos y la violencia y
a una vida cotidiana que puede ser insoportable, con colas interminables para
conseguir alimentos o el tránsito paralizado por barricadas, marchas o
protestas.
"Puede perder su
momentum. Es difícil mantener el ritmo de esta ola de protestas. La gente tiene
que trabajar, estudiar, comer y vivir su vida. Necesita elaborar una estrategia
de cómo puede capitalizar este movimiento, de lo contrario puede perder
lustre", advirtió a la AFP David Smilde, asesor principal de WOLA
(Washington Office on Latin America), con especialización en Venezuela.
Todo en medio de un
colapso económico que genera una severa escasez de alimentos y medicinas, y una
inflación que según el FMI escalará a 720% este año, además de una criminalidad
rampante.
Según el último balance,
las protestas dejan 48 muertos, centenares de heridos y 2.660 detenidos, de los
cuales al menos 161 han sido encarcelados por órdenes de tribunales militares,
según la ONG Foro Penal.
El sábado, más de 160.000
personas -según los organizadores- se congregaron en la principal autopista de
Caracas e intentaron caminar hacia el Ministerio del Interior, en el centro.
Fueron dispersados con gases lacrimógenos, a lo que los manifestantes
respondieron con piedras y cócteles molotov.
Además, más de 40.000
personas (según cálculos de AFP) protestaron en la ciudad de San Cristóbal, en
el estado de Táchira, fronterizo con Colombia, hacia donde Maduro ordenó el envío
de 2.600 militares tras disturbios y saqueos la semana pasada.
- "Marcha por la
paz" -
Maduro denunció el
domingo que manifestantes golpearon, apuñalaron y prendieron fuego a un joven
durante la protesta en Caracas por creer "que era chavista".
"Nunca habíamos
visto aquí que una persona fuera incendiada como hacen terroristas del Estado
Islámico", denunció en su programa de televisión semanal.
La Fiscalía afirmó que ya
inició la investigación sobre lo ocurrido.
Según Maduro, en la
oposición se gesta una "corriente nazi-fascista" de persecución a
personas por sus ideales políticos, sobre todo chavistas, detrás de la cual
-aseguró- está la mano del presidente estadounidense, Donald Trump.
"Donald Trump tiene
sus manos infectadas y metidas a fondo en esta conspiración", dijo.
- "Sí a la
Constituyente" -
Las divisiones entre
gobierno y oposición se agudizaron tras la convocatoria de Maduro a una
Asamblea Constituyente "popular", en la cual la mitad de sus
integrantes serían elegidos en sectores afines al gobierno.
El presidente insiste en
que el "Sí a la Constituyente" es el único camino "hacia la
paz".
La oposición rechaza la
propuesta por considerar que no es más que un intento del mandatario para
mantenerse aferrado al poder, evitando las elecciones presidenciales de 2018.
Maduro enfrenta el
rechazo de siete de cada diez venezolanos, según sondeos privados.
Y la
"Constituyente" ya generó algunas fisuras en el chavismo. Fue
rechazada por la fiscal general, Luisa Ortega, conocida chavista.
No fue la primera vez que
Ortega puso a prueba al gobierno. Cuando el Tribunal Supremo de Justicia,
acusado de servir al gobierno, intentó apropiarse de las funciones del
Parlamento, Ortega denunció una "ruptura del orden constitucional".
Maduro volvió a proponer
a los opositores -a los que fustiga e insulta a diario- iniciar una mesa de
diálogo.