Domingo 21 de mayo de
2017
LONDRES (AP) — La
Organización Mundial de la Salud suele gastar en viajes unos 200 millones de
dólares al año, mucho más de lo que invierte en combatir algunos de los
principales problemas de salud pública, como el sida, la tuberculosis o la
malaria, según documentos internos a los que tuvo acceso The Associated Press.
La agencia sanitaria de
Naciones Unidas, corta de fondos, ha pedido dinero para financiar sus
operaciones en crisis sanitarias de todo el mundo al mismo tiempo que tenía
problemas para controlar sus gastos de viajes. A pesar de que introdujo nuevas
normas para tratar de limitar su amplio presupuesto de viajes, miembros
destacados de la organización se han quejado a nivel interno de que los
empleados de Naciones Unidas incumplen las reglas al reservar comodidades como
vuelos en clase preferente y habitaciones en hoteles de cinco estrellas.
La media anual de 201
millones de dólares que se gasta la OMS en viajes supera de lejos lo que
reserva a algunos de sus programas, aunque en ocasiones esos presupuestos
incluyen algunos costes de viaje.
La organización gastó el
año pasado unos 71 millones de dólares para combatir el sida y la hepatitis. En
cuanto a la malaria, el año pasado dedicó 61 millones de dólares. Los proyectos
para hacer frente a la tuberculosis recibieron 59 millones de dólares. Aun así,
algunos programas reciben financiamiento excepcional y, por ejemplo, la agencia
gasta unos 450 millones de dólares al año para intentar erradicar la polio.
La directora general de
la OMS, la doctora Margaret Chan, se alojó hace poco durante un viaje a Guinea
Conakry en la suite presidencial del hotel Palm Camayenne. La habitación tiene
un precio oficial de 900 euros (1.008 dólares) la noche. La OMS declinó indicar
quién costeó el alojamiento, señalando que en ocasiones los países anfitriones
pagan los hoteles de Chan.
Sin embargo, algunas
voces críticas señalan que esta práctica envía un mensaje erróneo para los
otros 7.000 empleados de la agencia.
“No confiamos en que la
gente haga lo correcto cuando se trata de los viajes”, dijo Nick Jeffreys,
director de finanzas de la OMS, durante un seminario interno sobre cuentas en
septiembre de 2015, del que AP obtuvo un video.
Pese a las numerosas
reglas sobre viajes de la agencia, Jeffreys dijo que los empleados “en
ocasiones pueden manipular un poco su viajes. La agencia no puede estar segura
de que siempre reserven el billete más barato o de que el desplazamiento fuera
siquiera necesario.
“La gente no siempre sabe
qué es lo correcto”, señaló.
Ian Smith, director
ejecutivo de la oficina de Chan, dijo que el presidente del comité de auditoría
de la OMS a menudo no hacía gran cosa para impedir las irregularidades.
“Nosotros, como
organización, funcionamos en ocasiones como si las normas estuvieran para
romperlas y las excepciones fueran la norma”, dijo Smith.
Antes ese año se envió un
comunicado interno a Chan y otros miembros de alto nivel con el asunto
“ACCIONES PARA CONTENER COSTES DE VIAJE”, todo en mayúsculas. El comunicado
indicaba que el cumplimiento a la norma de que los viajes se reservaran con
antelación era “muy bajo” y señaló que los países miembros de la OMS estaban
presionando para que la institución recortara sus gastos.
Siempre será necesario
hacer viajes, señaló el mensaje, pero “como organización debemos demostrar que
somos serios a la hora de gestionarlo de forma apropiada”.
En un comunicado enviado
a AP, la agencia sanitaria dijo que “la naturaleza del trabajo de la OMS
requiere con frecuencia que el personal de la OMS viaje” y esos costes se han
reducido un 14% respecto al año anterior, aunque el total de ese año fue
excepcionalmente alto debido al brote de ébola de 2015 en África Occidental.
Sin embargo, el personal
ignora abiertamente las normas.
Un análisis interno al
que tuvo acceso AP en marzo determinó que sólo dos de los siete departamentos
de la OMS en la sede de Ginebra cumplieron sus objetivos, y concluía que la
tasa de cumplimiento de la norma de reservar los viajes con antelación era de
entre el 28 y el 59%.
Desde 2013, la OMS ha
pagado 803 millones de dólares en viajes.
El presupuesto de la OMS, de
aproximadamente 2.000 millones de dólares al año, se obtiene de aportaciones
procedentes de los contribuyentes de los 194 estados miembros, con Estados
Unidos como principal pagador.
Algunos expertos en salud
señalaron que si bien los costes de viaje de la OMS parecen exagerados con
algunas de sus partidas contra enfermedades, eso no significa necesariamente
que los gastos por traslados estén inflados.
Michael Osterholm,
experto en enfermedades infecciosas en la Universidad de Minnesota, ha viajado
a menudo a reuniones de la OMS, en clase turista, con billetes pagados por la
agencia.
“Puede que esto sólo
muestre lo desviadas que están las prioridades internacionales para que la OMS
reciba tan poco para estos programas contra enfermedades”, señaló.
Durante el desastre del
ébola en África Occidental, los costes de viajes de la agencia se dispararon a
234 millones de dólares. Aunque la ayuda sobre el terreno de los expertos fue
clave, algunos cuestionan que la agencia no pudiera reducir costes para que más
fondos llegaran a África Occidental, donde los tres países afectados no podían
siquiera pagar materiales básicos como botas de protección, guantes y jabón para
un personal sanitario en riesgo, ni bolsas de cadáveres para las miles de
personas que murieron.
“Cuando alguien se gasta
la cantidad de dinero que se gasta la OMS en viajes, tiene que poder
justificarlo”, señaló el doctor Ashish Jha, director del Instituto de Salud
Global en la Universidad de Harvard. “No se me ocurre ninguna justificación
para viajar nunca en primera clase”.