Miércoles 10 de mayo de 2017
MANAMA, Bahrein (AP) — Un año después de cambiar su
plana mayor, la FIFA todavía intenta recuperar la confianza del público y,
quizás más importante, los patrocinadores.
Gianni Infantino dirige su segunda asamblea general
como presidente de la FIFA y su afirmación del año pasado de que “la crisis se
terminó” luce cada vez más absurda: las pesquisas criminales siguen
desenmascarando negocios y dirigentes corruptos, y todavía se pone en
entredicho la rectitud de miembros del consejo rector.
En este marco, la FIFA intenta conseguir
patrocinadores ahuyentados por la corrupción que erosionó la fiabilidad del
organismo durante la era de Joseph Blatter.
La FIFA pudo festejar el inicio de la semana de su
congreso en Bahrein con el anuncio de que Qatar Airways ocupará el puesto de
patrocinador de aerolínea que ha estado vacante desde hace más de dos años. Ese
pacto era ampliamente anticipado, tomando en cuenta que la compañía es
propiedad del gobierno del país que albergará la Copa del Mundo de 2022.
La verdadera prueba sobre la confianza del mundo
empresarial en la nueva jerarquía de la FIFA será cuando el organismo consiga
patrocinadores que no sean de China, Rusia o Catar, los países de donde
provienen todos los pactos comerciales en los últimos años.
Las empresas en países como Japón y Estados Unidos
todavía no están convencidas de que deben asociarse con una organización tan
manchada por la corrupción.
“Esperamos que lleguen más (patrocinadores) antes que
termine el año”, dijo la secretaria general de la FIFA, Fatma Samoura, en una
entrevista con The Associated Press. “Qatar Airways envió una señal inequívoca
de que el nuevo liderato de la FIFA trabaja duro para restaurar la imagen de la
FIFA y de que ahora hay un ambiente de confianza, que busca fomentar más
sociedades”.
Según Samoura, esa confianza se fundamenta en la
elección de nuevos miembros al Consejo de la FIFA.
La funcionaria destacó la elección el martes de
Mahfuza Akhter como nueva representante de Asia ante la FIFA.
El resultado de esa votación fue una sorpresa, ya que
Akhter derrotó a Maya Dodd, una conocida crítica de la corrupción y defensora
del fútbol de mujeres. En una entrevista después de la elección, Akhter no pudo
nombrar el equipo campeón de la Copa del Mundo de mujeres.
Las futbolistas estadounidenses Alex Morgan y Carli
Lloyd expresaron sorpresa por la derrota de Dodd, una abogada australiana que
integra el comité ejecutivo de la Confederación Asiática de Fútbol.
“Estoy segura que todo le saldrá bien en el fútbol”,
dijo Samoura, quien fue contratada el año pasado como la primera mujer que
ocupa el cargo de secretario general. “Lleva el fútbol en su corazón, y segura
que la FIFA u otra confederación o la federación de su país aprovechará sus
cualidades”.
Akhter formó parte de un comité que en 2015 propuso
una serie de reformas después que el Departamento de Justicia de Estados Unidos
acusó de corrupción a varios dirigentes del fútbol.
Sion embargo, algunas de esas reformas parecen haberse
estancado, como la propuesta de quitar poder a la figura del presidente.
En
cambio, Infantino ha conservado la autoridad que tenía Blatter, y un nuevo Buró
de la FIFA, que no contemplado en el programa de reformas, otorgó incluso más
poderes a Infantino y los líderes de las seis confederaciones continentales,
cuyas decisiones no tienen que ser confirmadas por el Consejo que reemplazó al
comité ejecutivo.
“Esa puede ser la apariencia”, dijo el líder de la
CONCACAF, Victor Montagliani. “Pero creo que la colaboración y las discusiones
al nivel del Consejo son bastante saludables. La función del buró es actuar
entre las reuniones del Consejo. A veces hay que tomar decisiones de inmediato
por asuntos operacionales”.
La FIFA perdió a dos dirigentes recientemente por
vínculos con la pesquisa estadounidense.
Richard Lai, un ciudadano estadounidense de Guam y
miembro del comité de auditoría, se declaró culpable de cargos por recibir
alrededor de un millón de dólares en sobornos a cambio de reclutar votantes de
Asia. El jeque Ahmad Al Fahad Al Sabah, de Kuwait, también fue vinculado con el
caso y, aunque asegura ser inocente, retiró su candidatura para ser reelegido a
su cargo en el Consejo de la FIFA.