Lunes 15 de mayo de 2017
NUEVA YORK (AP) — Brad
Pitt y el general Stanley McChrystal — la inspiración para el comandante
condecorado que el actor interpreta en la sátira de guerra de Netflix "War
Machine" — parecerían dos mundos totalmente diferentes. Uno es un miembro
afable de la élite de Hollywood, el otro es un militar agresivo. Pero Pitt
encontró algo en común: un ego inflado y el daño que éste ocasiona.
“El orgullo desmedido es
una trampa y es la trampa de cualquier gran nación que ha sido número uno
demasiado tiempo. Empiezas a creerte tu propia porquería”, dijo Pitt. “Cada vez
que me meto en problemas es por mi propia arrogancia”.
En este momento Pitt
podría ser particularmente empático con el cambio tan drástico como el que
hundió a McChrystal por un famoso reportaje de la revista Rolling Stone. Por
primera vez desde que Angelina Jolie Pitt le pidió el divorcio en septiembre,
el actor ha vuelto a los reflectores. No ha sido tímido. En su primera
entrevista tras la separación, para GQ, Pitt se mostró honesto y habló con franqueza
sobre su lucha con el alcohol y el dolor de dividir a su familia.
El astro se mostró
igualmente franco la semana pasada en una extensa entrevista con The Associated
Press. Pidió expresamente que lo llamaran “Brad” y a lo largo de media hora
conversó sobre lo que ahora le pasa por la mente, su actitud hacia la actuación
y su alarma ante la posibilidad de que se expanda la guerra en Afganistán. ¿Por
qué se muestra tan abierto?
“No tengo ningún secreto.
No tengo nada que esconder”, dijo Pitt. “Somos humanos y encuentro muy
interesante la condición humana. Si no hablamos al respecto, entonces no
estamos mejorando”.
Sin duda es un periodo
delicado de transición para el actor de 53 años. Dijo que ha pasado su tiempo
“manteniendo el barco a flote” y “entendiendo la nueva configuración de nuestra
familia”. “Los niños son todo”, manifestó sobre sus seis hijos. “Los hijos son
tu vida, ellos tienen toda la atención, como debería ser”.
Lo está superando,
aseguró. “No tengo tendencias suicidas ni nada”, dijo riendo. “Todavía hay
mucha belleza en el mundo y mucho amor. Mucho amor para dar. Todo está bien,
simplemente así es la vida”.
Lo que más entusiasmó a
Pitt fue hablar de “War Machine” y las pasiones detrás de la película. La
cinta, escrita y dirigida por el cineasta australiano David Michod
("Animal Kingdom"), se basa en el libro de Michael Hastings de 2012
"The Operators", que relata el tumultuoso y corto mando de McChrystal
en la guerra en Afganistán.
"War Machine",
que se estrena en Netflix el 26 de mayo, tiene un ligero toque de ficción. El
personaje de Pitt es el general Glen McMahon, pero los acontecimientos y
personalidades retratados corresponden con la caída de McChrystal. El cambio,
que se hizo después de que el proyecto fue anunciado, salvó a la película de
algunos asuntos legales delicados.
"No teníamos interés
de impugnar al general McChrystal o a cualquiera de estos tipos", dijo
Pitt. "Para mí el problema es más sistemático”.
“Lo que me impulsó fue
una visita a Walter Reed”, agregó el actor, quien estuvo en ese centro médico
militar en 2014. “Aunque esos jóvenes hombres y mujeres son absolutamente
heroicos en una situación muy desgarradora, sus vidas cambian para siempre y
también las de sus familias. Realmente me hizo cuestionarme quién está firmando
el cheque, quién está dando la orden”.
A Pitt le resulta
particularmente mortificante la solicitud que hicieron la semana pasada los
asesores del presidente Donald Trump y oficiales del ejército para enviar a
miles de soldados estadounidenses más a Afganistán, a una guerra que ha durado
más de 15 años.
Es momento de
replantearse lo que significa “ganar”, dijo Pitt.
“Nada de lo que hemos
hecho nos indica que mandar más tropas va a hacer algo más que ocasionar más
daños, más vidas y miembros perdidos”, dijo Pitt. “Hablamos mucho de apoyar a
nuestras tropas, pero pienso que apoyar a nuestras tropas es mucho más que
darles dinero y una palmada en la espalda. Creo que es ser responsable sobre
cómo usar ese compromiso tan profundo”.
Los principales asesores
de Trump dicen que el presidente no ha tomado una decisión final sobre el envío
de más efectivos a Afganistán.
En "War
Machine", Michod conjunta el espíritu de algunas comedias sobre la guerra
como "Catch 22" y "M-A-S-H". La película presenta a un
ejército estadounidense controlado por la política, las ilusiones y las
aspiraciones personales. El general de Pitt, con una voz más profunda y áspera
que la de McChrystal, llega a Afganistán con delirios de grandeza y se marcha
en medio de un escándalo casi autoprovocado.
“Tocamos una mezcla de
guerra y comedia, dos cosas que coexistían muy cómodamente pero que la
actualidad no lo hacen”, dijo Michod. "Es muy interesante ver cómo
coexisten ambas en la esfera pública dado lo extrañamente seria que se ha
vuelto la conversación sobre la guerra. ... Pero hay algo que es casi más real
en ese tipo de tratamiento cómico de las pasadas décadas que en la forma en que
se lleva la conversación hoy”.
Michod reconoce que es un
enfoque que compensa algunos giros salvajes en el tono de “War Machine”, pero
dice que la mezcla de absurdo y tragedia es a fin de cuentas más realista.
“En el fondo, lo que me
parece más poderoso de ‘War Machine’ y la razón por la cual me parece
importante es que se trata de la forma en que las personalidades pueden tener
un efecto dominó increíblemente poderoso y muchas veces dañino en el mundo”,
dijo Michod. “La película se llama ‘War Machine’ (Máquina de guerra), pero esa
máquina está compuesta por individuos con sus propias fortalezas y ambiciones”.
Pitt dijo que habló con
McChrystal sobre la película.
“Sentí lástima por él”,
dijo el actor. “Él es un producto de nosotros, él es nosotros”.
McChrystal, quien se
retiró del ejército poco después de renunciar al comando, comenzó desde
entonces una firma consultora y escribió un libro de memorias. Rechazó hacer
declaraciones para esta entrevista.
Poco de "War
Machine" es típico de una producción de Hollywood. Nunca se habría hecho
sin Netflix, dijo Pitt. El servicio de streaming pagó 60 millones de dólares
por la película, convirtiéndola en uno de sus proyectos más ambiciosos hasta la
fecha.
“El grado de dificultad
de esto era diez”, dijo Pitt, “lo que hace que para mí valga la pena ponerme
frente a la cámara ahora”.
A través de su empresa,
Plan B, Pitt se ha vuelto un productor exitoso. Estuvo detrás de dos de las
tres últimas películas galardonadas con el Oscar ("Moonlight" y ''12
Years a Slave") así como de otros estrenos aclamados como "The Lost
City of Z" de James Gray. Por momentos Pitt, quien prepara numerosos proyectos
como una posible continuación a "World War Z", sonaba como si sus
días como un superastro del cine hubiesen quedado atrás.
“A medida que envejezco
siento que me acerco más al lado de la producción que a estar frente a la
cámara”, dijo Pitt. “Una película es un gran compromiso y eso te aleja de tu
familia. Tengo que equilibrarlo. No es que sea menos importante en sí mismo,
simplemente no es tan importante como la familia. Me encantó (‘War Machine’)
porque busca algo y no sé dónde vamos a terminar. Es una delicada cuerda floja
la que hay que caminar”.