Viernes 28
de abril de 2017
Washington.-
Venezuela dio hoy el paso histórico de ser el primer país en solicitar la
salida de la Organización de Estados Americanos (OEA), aunque no será efectiva
hasta 2019, después de las elecciones presidenciales previstas para el próximo
año.
La
representante venezolana en la OEA Carmen Velásquez fue la encargada de
entregar al secretario general del organismo, Luis Almagro, la misiva con la
que su Gobierno denuncia la Carta de la OEA, el documento fundacional de 1948.
El Gobierno
de Nicolás Maduro, que siempre ha sido muy crítico con la OEA, tomó esta
decisión sin precedentes al constatar que en el organismo hay una mayoría de
Estados que quieren mediar en la crisis política del país pese al rechazo
frontal de Caracas a cualquier participación del ente.
Eso quedó
patente el miércoles, cuando la mayoría de los Estados miembros, 19, votaron a
favor de convocar una reunión de cancilleres sobre la situación de Venezuela a
la que Caracas se oponía, frente a 10 en contra, 4 abstenciones y una ausencia.
Ese fue el
desencadenante por el que ese mismo día la canciller de Venezuela, Delcy
Rodríguez, anunció que Maduro había dado órdenes de pedir la salida de la OEA.
Aunque el
Gobierno venezolano reconoce que la salida no será efectiva hasta dentro de dos
años, como marca la Carta de la OEA, Maduro dejó claro el jueves que ya no
reconoce "ninguna reunión, ninguna decisión de la OEA que vulnere el
derecho internacional e intervenga en los asuntos de Venezuela".
Sin embargo,
los países de la OEA pueden seguir haciendo reuniones sobre Venezuela y tomar
decisiones al respecto, porque durante estos dos años es un "miembro pleno
con todos sus derechos y obligaciones", según explicó el miércoles a Efe
el secretario de Asuntos Jurídicos de la OEA, Jean Michel Arrighi.
Por eso los
Estados mantienen el plan de convocar una reunión de cancilleres sobre la
crisis de Venezuela, que se prevé para después del encuentro de los ministros
de Exteriores de la Comunidad del Caribe (Caricom) del 18 de mayo, dijeron a
Efe fuentes diplomáticas.
Hasta ahora
el único Gobierno de la región que ha reaccionado de manera oficial a la
petición de salida de Venezuela ha sido el de Costa Rica, que
"deplora" la decisión de Maduro y le pide reconsiderar esta medida,
porque "va en contra del espíritu con el que se fundó la más importante
organización hemisférica".
Almagro no
compareció ante la prensa después de recibir en su despacho durante alrededor
de 10 minutos a la representante venezolana, pero se pronunció después en su
cuenta de la red social Twitter.
"Recibimos
nota de la misión de Venezuela solicitando la salida de la OEA. Reiteramos que
la salida de la OEA no es la solución, lo es la redemocratización del
país", escribió el excanciller uruguayo, a quien Maduro culpa directamente
de su retirada de la organización por haber "malversado fondos" del
ente "para agredir" a Venezuela.
En la misiva
de denuncia, Maduro le acusa de haber desempeñado "la peor de las
actuaciones jamás conocida" en la historia de la organización desde donde,
afirma, se prepara un "doloso plan de intervencionismo y tutelaje"
para derrocar a su Gobierno.
En el
documento, que Velásquez mostró a los periodistas, Almagro escribió a mano el
siguiente mensaje: "Recibido y paso a informar al secretario de Asuntos
Jurídicos. Espero que la democracia sea la solución y no el retiro del
país".
La
diplomática venezolana, en un breve encuentro con los medios, dijo que pedir la
salida de la OEA es "una nueva independencia" para el país y para la
región, por lo que calificó este día de "histórico y de victoria".
En paralelo,
el viceministro para Norteamérica y embajador de Venezuela en la OEA, Samuel
Moncada, ofreció una rueda de prensa en el Consulado de su país en Nueva York
en la que dejó claro que su Gobierno no tiene intención de pagar las cuotas que
debe a la organización, un total de 10,5 millones de dólares.
"¿Usted
quiere que le pague a quienes nos están humillando?", afirmó cuando fue
consultado sobre esa deuda.
"¿Qué
dinero es ese? (...). Ellos dicen que tenemos una deuda. ¿La deuda es para que
me humillen? No entendí", insistió.
La salida de
Venezuela deja en el aire una deuda de 8,7 millones de dólares de cuotas
atrasadas, más los 1,8 millones que le corresponde abonar este año, una
cantidad que se asigna en función de criterios socio-económicos.
Otra duda es
qué ocurrirá con el personal de la Misión de Venezuela, que ha prometido no
volver a la OEA y dejar vacío a partir de ahora su sillón en el Consejo
Permanente.
Hay muchos
interrogantes porque no hay precedentes: ni siquiera Cuba, a la que se
suspendió en 1962 y se le levantó la suspensión en 2009, ha denunciado nunca la
Carta de la OEA, por lo que sigue siendo miembro del organismo aunque no
participa y asegura que no tiene interés en volver a hacerlo. EFE