Domingo 23
de abril de 2017
La muerte de
una mujer de 47 años elevó este domingo a 21 el número de fallecidos por la ola
de violentas manifestaciones que lleva casi un mes sacudiendo Venezuela, en
medio de una tensión política que parece estar lejos de acabar.
Almelina
Carrillo volvía de participar en una manifestación en apoyo al presidente
Nicolás Maduro el miércoles pasado --día en que la oposición también marchó--,
cuando una botella de agua congelada lanzada desde un edificio le cayó en la
cabeza.
Tras
permanecer en terapia intensiva desde entonces con una fractura craneal, murió
este domingo.
"Lamentablemente
ha fallecido la ciudadana Almelina Carrillo Virguez (47), otra víctima de la
Derecha Terrorista, llena de odio", escribió el ministro del Interior,
Néstor Reverol, en su cuenta de Twitter.
"No
descansaremos hasta capturar a los responsables de este repudiable
crimen", añadió.
El 19 de
abril, que conmemora el primer grito independentista venezolano, otras tres
personas fallecieron en manifestaciones opositoras: un joven de 17 años en
Caracas; una mujer de 23 años en San Cristóbal, ciudad fronteriza con Colombia,
y un militar en las afueras de la capital.
El gobierno
y la oposición se responsabilizaron mutuamente de la violencia que deja, además
de los 21 fallecidos, cientos de detenidos, heridos y varios negocios
saqueados.
Las
protestas, convocadas casi todos los días desde el 1 de abril, se desataron
después de que el máximo tribunal se adjudicó temporalmente las funciones del
Legislativo, que controla la oposición, y revocó la inmunidad a los diputados.
La mayoría
de las manifestaciones degeneró en disturbios y enfrentamientos con las fuerzas
de seguridad, que las dispersan con bombas lacrimógenas y balas de goma.
Este
domingo, una protesta improvisada de opositores fue dispersada en San Cristóbal
después del clásico del fútbol venezolano entre Deportivo Táchira y Caracas FC.
Sólo
transcurrió sin inconvenientes la "marcha del silencio" del sábado,
que llegó a la sede de la Conferencia Episcopal atravesando toda Caracas hasta
el oeste, considerado un bastión del chavismo.
La oposición
ha dicho que aprovechará el impulso para seguir en la calle exigiendo
elecciones y respeto a la autonomía del Parlamento, además de la liberación de
políticos presos.
Un bloqueo
de las principales vías del país, incluida la principal autopista de la
capital, fue convocado para el lunes.
La esposa
del opositor preso Leopoldo López inició de su lado una vigilia frente a la
cárcel donde está recluido, para presionar a las autoridades que le permitan
verle tras un mes "aislado".
Maduro dijo
este domingo que quiere "elecciones ya", en referencia a los comicios
de gobernadores, que tenían que haberse celebrado en diciembre pasado, y de
alcaldes, previstos para este año.
Las
presidenciales están programadas para 2018.
"Estoy
listo para lo que diga el Poder Electoral", insistió Maduro, que venció
los comicios de 2013 por un estrecho margen.
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"Conspiración en Roma" -
El jueves
pasado fue uno de los días más violentos de la ola de protestas.
El sector
popular de El Valle se convirtió en una verdadera batalla campal con tiroteos,
saqueos y enfrentamientos entre manifestantes y policías, que forzaron la
evacuación de una maternidad por el humo de barricadas de desechos y gases.
Tan solo ese
día se reportaron 11 muertos, algunos de ellos electrocutados.
Maduro
afirmó este domingo en su programa de televisión que tiene "pruebas"
que involucran a los diputados opositores José Guerra y Tomás Guanipa con esos
disturbios.
"Bandido,
en [una cárcel en el estado de] Guárico hay una celda para ti, más temprano que
tarde vas a pagar los daños y la violencia que has hecho", lanzó a Guerra
con un mensaje similar para Guanipa justo después.
La coalición
opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) denunció más temprano "una
secuencia de persecución política en contra de líderes importantes", según
dijo el diputado Enrique Márquez, citado por el sitio de noticias El Estímulo.
A pesar de
las amenazas, Maduro invitó una vez más a la oposición a retomar un proceso de
diálogo, congelado desde el año pasado luego de que la oposición acusara al
gobierno de no cumplir con los acuerdos, que incluye precisamente el llamado a
elecciones.
"Le
pido al papa Francisco desde aquí que nos siga acompañando en el diálogo,
porque hay una conspiración en Roma contra el diálogo en Venezuela y aquí
también", aseguró.