Martes 25 de
abril de 2017
Hicieron
votos, visten hábitos, bendicen a las plantas y cultivan marihuana en
su jardín trasero. Son las monjas del Valle, en California, Estados Unidos, que
pese a su nombre ni pertenecen a una orden religiosa ni profesan la fe
católica. Es una de las primeras cosas que dejan claro para evitar
errores.
La fundadora
de esta iniciativa es Christine Meeusen, de 57 años, conocida como hermana
Kate, que empezó a vestirse de monja durante las protestas de Occupy
Wall Street y que después continuó con su iniciativa cultivando el
cannabis con fines curativos en una agrupación feminista que empoderara a
las mujeres.
Las Hermanas
del Valle -son siete- elaboran un ungüento con un componente no
psicoactivo del cannabis, el cannabidiol, que distribuyen por correo
postal a los clientes que tienen alrededor del mundo. El negocio marcha viento
en popa y ellas se han hecho famosas como ‘las monjas de la
marihuana’.