Martes 18 de
abril de 2017
SANTO
DOMINGO (AP) — La ciudad colonial más antigua de América se ha volcado a
reparar calles y renovar las fachadas de sus construcciones antiguas. El plan
de Santo Domingo es rejuvenecer su cara y atraer a varios de los cientos de
miles de turistas que prefieren pasar su tiempo en la playa que en las calles
de la capital dominicana.
Los dueños
de negocios están encantados mientras las autoridades invierten millones para
cambiar la imagen del centro histórico y generar un ambiente cosmopolita. Los
residentes de la ciudad, sin embargo, miran el plan con cautela, temerosos de
ser marginados y no poder hacer frente a los altos precios tras la llegada de
elegantes restaurantes y comercios destinados a los viajeros.
"Para
nosotros a veces es traumático", dice Pedro del Castillo, quien encabeza
la asociación de residentes. "Parece que esa es la finalidad: que nosotros
los residentes nos vayamos de aquí".
Con un
préstamo de 120 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), de los cuales 90 millones aún están pendientes de aprobación en el
Congreso, las autoridades de turismo dominicanas realizan el proyecto de
restauración de la ciudad más ambicioso de las últimas décadas.
El proyecto
busca revalorar el centro histórico con sus viejos edificios de piedra y
balcones de madera, pero sobre todo atraer inversiones, nuevos residentes y
crear un complemento a la afamada oferta de playas del país, asegura Maribel
Villalona, la arquitecta encargada del programa.
De los cinco
millones de turistas que llegan anualmente a República Dominicana, sólo 14%
visita la ciudad colonial y un escaso 3% pasa la noche en ella, según el BID.
Con los 30
millones de dólares del crédito del BID invertidos hasta ahora, la ciudad ha
comenzado a rejuvenecer: 800 casas fueron pintadas, 200 fachadas antiguas se
restauraron y se instalaron nuevos sistemas de agua potable y de alumbrado
público.
Además, la
iniciativa privada ha incrementado su presencia: desde 2012 se han instalado
cerca de 325 nuevos negocios, incluidos como cafés, restaurantes, museos,
lujosos condominios, hostales y siete nuevos hoteles boutique.
Por ahora,
el gobierno ha pintado fachadas sólo de viviendas de personas de clase media o
de escasos recursos. A la gente con altos ingresos le ha dado un plazo para que
hagan su propia restauración.
Ángelo
Louis, un barbero de 19 años, no ve del todo bien el plan. El joven renta un
local de unos ocho metros cuadrados sin baño en la calle El Conde por unos 350
dólares y deberá desalojarlo en breve porque el edificio donde se ubica será
restaurado.
"Eso
nos va a dar fuerte a nosotros", dice.
La
colonización de América comenzó en Santo Domingo, fundada entre 1496 y 1498 por
Bartolomé Colón, hermano de Cristóbal Colón. En un kilómetro cuadrado dentro de
lo que fue la ciudad amurallada, aún están edificios que conservan rasgos del
siglo XVI, como la primera catedral, la pierna calle adoquinada y el primer
palacio del continente.
Davide
Botti, un italiano de 25 años, pasó siete días junto con su amigo Riccardo en
la ciudad colonial, aunque también se dieron tiempo para ir a la playa.
"Es un lugar rico de historia", dice.
"Para
nosotros la ciudad colonial era más importante que la playa", comenta
Riccardo, quien no quiso dar su apellido. "La gente puede encontrar mar
lindo en todo el Caribe: la ciudad colonial es única".
Pese a su
riqueza histórica, la ciudad vivió décadas de abandono, sobre todo después de
la guerra civil de 1965, cuando muchos de sus residentes se mudaron a los
modernos centros residenciales de la capital.
Para
conmemorar el V Centenario de la llegada de Colón a América, algunas
edificaciones fueron restauradas en 1992, pero con poco impacto en los residentes
y apenas sirvió para atraer turistas.
La ciudad
"es como un diamante que necesitaba pulirse", dice Silvanh Riedl,
gerente del hotel
boutique Billini, que abrió en 2014 tras diez años de
trabajos de restauración de una casona colonial. La familia de Riedl,
propietaria del emblemático hotel Montana de Haití, también instaló un
condominio de 20 lujosos departamentos.