Viernes 12 de junio de 2015 – 10:00 AM
Nueva York (EFE).- Una funcionaria de prisiones
admitió a las autoridades que ayudó a los dos reclusos que se escaparon hace
una semana de una cárcel de máxima seguridad en el estado de Nueva York,
informaron medios estadounidenses.
Joyce Mitchell, de 51 años, dijo a los
investigadores de la policía estatal que ofreció a los presos, todavía en busca
y captura, acceso a un teléfono celular y metió de contrabando herramientas en
el centro correccional Clinton, según detalla el diario Times Union.
La mujer, según el periódico, también hizo gestiones
para poner a su disposición un vehículo cuando los dos presos se fugaran de la
cárcel, pero al parecer abandonó sus planes después de sufrir un "ataque
de ansiedad".
Según un documento de la unidad especial de
investigaciones de la policía estatal a los que tuvo acceso Times Union, el
esposo de la funcionaria de prisiones, Lyle Mitchell, "también podría
haber ayudado en la fuga" de los dos reclusos.
David Sweat y Richard Matt se fugaron el pasado
sábado del centro correccional Clinton, en la localidad de Dannemora,
perforando las paredes de sus celdas y, por medio de un túnel y conductos
internos, alcanzaron una alcantarilla a las afueras del recinto carcelario.
La funcionaria de prisiones, que daba clases de
confección a los reclusos y no ha vuelto al trabajo desde el pasado fin de
semana, todavía no ha sido detenida pero las autoridades no descartan presentar
cargos en su contra, según el mismo periódico.
Mientras, continúa adelante la operación de búsqueda
y captura de los dos reclusos en la que están participando medio millar de
efectivos locales, estatales y federales apoyados por unidades caninas y
helicópteros.
Sweat, que cumplía cadena perpetua por el asesinato
de un sheriff en 2002, y Matt, condenado a 25 años por matar a un empresario en
2007, fueron dados por desaparecidos cuando se hizo la revisión de presos del
penal, cerca de la frontera con Canadá.
Conocida como "Pequeña Siberia" entre los
habitantes de la zona, el centro correccional está considerado de máxima
seguridad y cuenta con una población carcelaria de 3.000 reclusos y tiene una
plantilla de 1.400 empleados. EFE