Lunes 20 de abril de 2015 – 07:40 PM
TEGUCIGALPA (Reuters) - Una mujer de la etnia Lenca
fue galardonada el lunes con el prestigioso premio ambiental Goldman por su
lucha para evitar la construcción de una represa que amenaza con desplazar a
cientos de indígenas, un reconocimiento celebrado por organizaciones de derechos
humanos en el país más violento del planeta.
Desde 2013, Berta Cáceres, una maestra de 42
años, se convirtió en el vivo rostro de la oposición a una planta
hidroeléctrica en el río Guacelcargue, considerado sagrado por los pobladores
nativos del oeste del país centroamericano.
El anuncio se dio a conocer el mismo día en que la
organización Global Witness, en un amplio informe sobre activismo ambiental,
calificó a Honduras como el país más peligroso del mundo para luchar por los
derechos de la naturaleza.
"Me siguen. Me amenazan con matarme, con
secuestrarme, amenazan a mi familia. Esto es a lo que nos enfrentamos",
dijo Cáceres, madre de cuatro hijos, en el citado reporte, donde se asegura que
al menos tres de sus compañeros fueron asesinados desde 2013 por oponerse a la
obra.
El premio, que será entregado más tarde el lunes en
San Francisco, Estados Unidos, fue aplaudido por las organizaciones de defensa
de los derechos humanos en el país centroamericano, donde Cáceres es elogiada
por su combativo trabajo con las bases.
"Es una mujer dedicada a la defensa de su
pueblo y su tierra poniendo en riesgo su vida por los grupos económicos que
promueven estos proyectos hidroeléctricos y mineros", dijo a Reuters la
presidenta del local Comité de Familiares Desaparecidos en Honduras (COFADEH),
Berta Oliva.
La obra, de unos 50 millones de dólares, fue
subcontratada por una empresa local al gigante chino Sinohydro y está
temporalmente paralizada por las protestas lideradas por Cáceres al frente del
Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).
La represa, en la región de Río Blanco, afectaría a
los indígenas que habitan en sus márgenes y que utilizan sus aguas para el
consumo, el riego de cultivos y pesca artesanal de la etnia Lenca.
En tanto, los defensores del proyecto aseguran que
la planta, con una capacidad de 22 megavatios (MW), forma parte de un plan para
asegurar el abastecimiento eléctrico renovable en uno de los países más pobres
de la región.
(Reporte de Gustavo Palencia, editado por Enrique
Andrés Pretel)