Martes 15 de abril de 2015 – 09:30 AM
BUENOS AIRES (AP) — El hallazgo de un arma que
pertenecería al fallecido fiscal Alberto Nisman generó una controversia entre
la funcionaria judicial que investiga su muerte y la familia acerca de su
importancia en la resolución del caso, que con los días parece tornarse más
compleja.
El hallazgo del arma "cambia la
investigación", dijo el miércoles a emisoras radiales la jueza Sandra
Arroyo Salgado, quien opina que se derrumbaría la hipótesis de que su ex marido
pidió prestada una pistola un día antes de que fuera hallado sin vida con un
disparo en la cabeza.
Arroyo Salgado representa a la querella en nombre de
las dos hijas que tuvo con Nisman y sostiene que el investigador fue asesinado.
En tanto, la fiscal Viviana Fein, a cargo de la pesquisa, no ha concluido aún
si el hecho fue un crimen, un suicidio voluntario o un suicidio inducido.
Nisman fue hallado muerto el 18 de enero, cuatro
días después de denunciar a la presidenta Cristina Fernández como supuesta
ideóloga de un plan para encubrir a ex diplomáticos y ex funcionarios iraníes
acusados del atentado contra un centro judío en Argentina en 1994.
Junto al cuerpo del fiscal fue hallada una pistola
calibre 22 que según las pericias fue la autora del disparo. Diego Lagomarsino,
asesor informático de Nisman, reconoció que el arma era suya y que se la había
prestado al fiscal el día previo a que fuera encontrado sin vida porque éste le
dijo que temía por su vida y la de sus hijas.
"Es un elemento importante porque si una
persona tiene una arma y la tiene registrada a su nombre y tiene miedo por la
seguridad de sus hijas y la propia, en lugar de pedirla a otra persona va y
busca el arma que tiene hace tiempo a su disposición", sostuvo Arroyo
Salgado, quien no quiso opinar sobre si Lagomarsino quedaría en una situación
más complicada.
El técnico informático está imputado únicamente por
haber prestado la pistola que produjo la muerte del fiscal.
Pero Fein afirmó a medios de prensa que la aparición
del arma "no modifica nada la investigación".
La funcionaria judicial dijo que la pistola estaba
"acompañada de documentación que hoy voy a poder visualizar, que tiene que
ver con el RENAR (Registro Nacional de Armas), pero esa arma ya había sido
informada en la causa como que en su momento Nisman la había registrado.
Puntualizó además que el arma estaba descargada.
"Se van a realizar las pericias de rigor como hay que hacer siempre, que
es en rastros y balística, pero no modifica en nada, porque tenemos que seguir
investigando qué es lo que le pasó realmente...si fue un suicidio, un homicidio
o si fue una muerte inducida", agregó.
Las controversias entre Arroyo Salgado y Fein sobre
la hora y circunstancias en que murió el fiscal y el curso de la investigación
son constantes. La jueza ha intentado apartar a la investigadora oficial de la
pesquisa sin éxito.
La supuesta pistola de Nisman fue encontrada días
atrás por Sara Garfunkel, la madre del fiscal, en el guardamuebles del edificio
donde reside la mujer en Buenos Aires. Tras notificar su existencia, el arma
fue secuestrada la víspera por la policía.
La anciana se topó con la pistola, también calibre
22, cuando días atrás se disponía a colocar en el guardamuebles algunas
pertenencias de su hijo que la justicia le devolvió. El arma estaba guardada en
un sobre junto con documentación que probaría que era del fiscal.
A pocos días de que se cumplan tres meses de la
muerte de Nisman, lo único cierto es que murió de un disparo en la cabeza con
un arma de calibre 22. No se sabe a ciencia cierta si falleció el 17 o el 18 de
enero y si hubo otras personas en el escenario del hecho, que fue el cuarto de
baño adyacente a su dormitorio.
A partir del 27 de abril, una junta médica intentará
resolver las contradicciones existentes en los informes periciales de la
querella y los ordenados por Fein.
Según Arroyo Salgado, Nisman fue asesinado mientras
estaba arrodillado frente a la bañera y su cuerpo fue luego reacomodado para
hacer pasar la muerte por un suicidio. Para defender esa hipótesis apunta a las
manchas de sangre que habrían salpicado la grifería del baño y luego habrían
sido borradas con agua, entre otros elementos.