Jueves 12 de marzo de 2015 – 09:20 AM
FERGUSON, Missouri, EE.UU. (AP) — Dos agentes de
policía fueron baleados el jueves de madrugada ante la comisaría en Ferguson,
Missouri, donde una multitud se había reunido tras la dimisión del impopular
jefe de policía de la ciudad en lo que el jefe de la corporación definió como
"una emboscada" que fácilmente pudo haber causado la muerte de ambos.
Los disparos se hicieron cuando la manifestación
comenzaba a disolverse. El jefe de la policía del condado St. Louis, Jon
Belmar, dijo que uno de los oficiales, de 32 años, recibió un disparo en el
rostro debajo del ojo derecho y la bala se alojó detrás de su oído, mientras
que otro de 41 años procedente del condado de Saint Louis resultó herido en el
hombro y la bala salió por la espalda.
Por la mañana ambos fueron dados de alta del
hospital, de acuerdo con el vocero de la policía Brian Schellman.
Autoridades dijeron que los disparos fueron hechos
con un arma corta a una distancia de unos 110 metros (120 yardas). La policía
informó que algunos sospechosos fueron detenidos para ser interrogados pero no
se han hecho arrestos.
De acuerdo con el sitio donde se encontraban los
policías y la trayectoria de los proyectiles los disparos se dirigieron
exactamente contra ellos, dijo Belmar.
Cuando se le preguntó si quien disparó estaba en la
manifestación, Belmar se dijo "confiado de que quien lo hizo estaba ahí
por malas razones".
La protesta ya es una escena cotidiana en Ferguson,
en donde ha habido manifestaciones más grandes tras la muerte del adolescente
negro Michael Brown a manos del policía blanco Darren Wilson. Un jurado de
investigación decidió formular cargos contra Wilson, lo que desató disturbios
pero el incidente del jueves fue la primera vez en que se dispara contra
policías.
Antes de los disparos, algunas personas coreaban
lemas para mostrar que no estaban satisfechos con las renuncias de Jackson y el
gestor municipal John Shaw esta semana, indicó el St. Louis Post-Dispatch.
Efectivos de varias agencias de seguridad rodeaban el edificio.
En un video grabado por un aficionado al que tuvo
acceso Associated Press se oía el sonido de dos disparos y a un hombre gritando
de dolor.
Alguien en el lugar, que no aparece en la imagen,
dijo: "Reconocimiento hace nueve meses habría evitado que eso
ocurriera".
Marciay Pitchford, de 20 años, estaba entre los
manifestantes ante la comisaría. La protesta había sido en su mayoría pacífica
hasta que sonaron los disparos, dijo a The Associated Press.
"Vi caer al agente y los otros agentes
desenfundaron sus armas mientras otros agentes apartaban al agente
herido", explicó. "De pronto todo el mundo empezó a correr o a
tirarse al suelo".
Los disparos procedían del otro lado de la calle
frente a la comisaría, dijo Belmar.
Después de la balacera, agentes con armas y material
antimotines rodearon las instalaciones y más de una docena de autos patrulla
bloquearon la calle.
Jackson fue el sexto empleado de la ciudad en
dimitir o ser despedido tras la publicación de un informe del Departamento de
Justicia que absolvió a Wilson de infringir los derechos civiles en el tiroteo.
Wilson dimitió después de su puesto.
Otro informe del Departamento describió un sistema
judicial centrado en los beneficios y unos prejuicios raciales rampantes en el
departamento de policía de Ferguson.
El alcalde de la ciudad, James Knowles III, anunció
el miércoles que el ayuntamiento había llegado a un acuerdo mutuo de separación
con Jackson, según el cual se abonaría al jefe de policía un año de su salario
anual de casi 96.000 dólares y cobertura médica. La renuncia de Jackson se hace
efectiva el 19 de marzo, cuando Eickhoff se convertirá en jefe en funciones
mientras la ciudad busca un sustituto.
Hasta ahora, Jackson se había resistido a las
peticiones de los manifestantes y algunos cargos electos del estado de que
dejara el cargo por su gestión del tiroteo de Brown y las semanas de protestas,
en ocasiones violentas, que siguieron. Fue muy criticado desde el principio,
tanto por la agresiva respuesta policial contra los manifestantes como una
errática y poco frecuente publicación de información clave.
Jackson tardó casi una semana en identificar
públicamente a Wilson como tirador y después avivó las tensiones en la
comunidad desvelando el nombre de Wilson al mismo tiempo que un video de
seguridad de una tienda que según la policía mostraba a Brown robando un
paquete de cigarrillos y empujando a un tendero poco antes de su muerte.
En una rueda de prensa de 12 minutos, el alcalde de
la ciudad, James Knowles III, dijo que Jackson había dimitido tras "mucha
introspección" sobre cómo podría superar la comunidad las diferencias
raciales derivadas del letal tiroteo del pasado verano.
"El jefe es la clase de persona honorable a la
que no hay que acudir", dijo Knowles. "Él viene a uno cuando sabe que
hay algo que debemos tratar con seriedad".
El responsable en funciones de la división de
derechos civiles del Departamento de Justicia publicó un comunicado diciendo
que el gobierno estadounidense sigue comprometido con alcanzar un "acuerdo
vigente en un tribunal" para abordar las "prácticas
inconstitucionales" de la ciudad, al margen de quién esté al cargo en la
ciudad.
Jackson supervisó la policía de Ferguson durante
casi cinco años antes del tiroteo que desencadenó meses de inestabilidad en
toda la región de St. Louis y atrajo la atención internacional sobre la ciudad,
de 21.000 habitantes y de mayoría negra.
Además de Jackson, dos agentes de policía
renunciaron y el administrativo del tribunal de Ferguson fue despedido la
semana pasada. También el juez que supervisaba el sistema judicial local
dimitió, y el Consejo de la Ciudad aceptó el martes su acuerdo de separación
con Shaw, el gestor municipal.