Sábado
18 de octubre de 2014 – 06:20 PM
Tegucigalpa,
Honduras - En Juicio Oral y Público, la Fiscalía Especial de Delitos
Contra la Vida logró probar la participación directa de Claudia Yamileth Amador
(26) en la muerte de su hijo recién nacido, lamentable suceso que se registró
el pasado 22 de noviembre del año 2012 en la aldea “La Crucita” , municipio de
San Buena Ventura, departamento de Francisco Morazán.
Al
ser declarada culpable por el Tribunal de Sentencia número tres, Amador podría
enfrentar una pena entre 30 y 40 años de prisión, de conformidad con lo
que establece el Códio Penal Hondureño en relación al delito de Parricidio,
conducta criminal por la cual fue procesada penalmente la joven madre.
Según
los hechos plenamente probados, en horas de la mañana del trágico día, la
abuela de la parricida, Vilma Rosa Andino Flores escuchó el débil llanto
de un bebé procedente de una quebrada a pocos metros de su casa de
habitación. Inquieta por lo que escuchaba, la adulta mayor procedió a
desvanecer sus dudas y sin titubear abrió la bolsa plástica de donde procedía
el angustioso llanto del niño, sin pensarlo y tras constatar que el pequeño
estaba desnudo, aún con su cordón umbilical y poco aliento de vida, la
señora pidió auxilio a un vecino, de esta manera el niño fue trasladado al
centro de salud de la comunidad, donde recibió los primeros auxilios. Sin
embargo, lamentablemente, el bebé murió dos días después de su ingreso en
el Hospital Materno Infantil (HMI).
Según
los informes de la policía, una llamada anónima sirvió para seguirle los pasos
a Claudia Yamileth Aguilar, el denunciante manifestó que la joven
embarazada había dado a luz y que el bebé que encontrado en la quebrada era
hijo de ésta. Aguilar, en efecto llegó de visita a la casa de su abuela y
durante su permanencia dio a luz tal y como lo dictaminó Medicina Forense
probándose además desde el punto de vista genético la relación entre la
parricida y su vástago.
La
joven madre optó por parir su hijo y dejarlo abandonado creyéndolo muerto, las
acciones de la madre potenciaron su vulnerabilidad. El niño ingresó al Hospital
Materno Infantil con un cuadro agudo de síndrome de estrés pulmonar, su muerte
fue por asfixia.
Entre
otras pruebas, La Fiscalía de Delitos Contra la Vida presentó en el juicio
Dictámenes psicológicos, Acta de Inspección Ocular, Informe de Trabajo Social,
Acta de Levantamiento, entre otros.