Viernes 19 de septiembre de 2014 06:30 PM
Guatemala.- La Secretaria de Estado en el
Despacho Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional, Embajadora Mireya
Agüero de Corrales participó hoy en ciudad Guatemala, de la jornada inaugural de
la 46 Asamblea General Extraordinaria de la Organización de los Estados
Americanos (OEA), en donde se dan cita los representantes de los países
miembros a fin de dar cumplimiento a las disposiciones de la “Declaración de
Antigua Guatemala: Por una política integral frente al problema mundial de las
drogas en las Américas”, que fue aprobada en la Cuarta Sesión Plenaria,
de dicho organismo, del 6 de junio de 2013.
La delegación de Honduras, está representada además
por el Embajador Roberto Ochoa Madrid, Subsecretario de Estado, el Embajador
Leónidas Rosa Bautista, Representante Permanente de Honduras ante la OEA, y por
el abogado José Antonio Lorenzana, Director de Política Multilateral de la
Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional.
En su discurso la Canciller destacó que la persona
humana es el eje de cualquier política antidrogas por lo que la promoción y
protección de los Derechos Humanos en la búsqueda de nuevos enfoques y
soluciones efectivas es ineludible; además del compromiso de los Estados como
Miembros de Fiscalización Internacional de Drogas; por otro lado el
reconocimiento de la complejidad del problema y la necesidad de abordarlo de
forma integral y equilibrada bajo el principio de responsabilidad compartida.
Agregó que el objetivo de los esfuerzos es el
fortalecimiento del Estado de Derecho, la recomposición del tejido social, la
justicia, los Derechos Humanos, la salud, el desarrollo y la seguridad
ciudadana, así como una vida Mejor para todos que forma parte del Plan
Estratégico del Presidente Juan Orlando Hernández Alvarado.
La reunión fue convocada por el Consejo Permanente
de la OEA en marzo de 2014, y abordó la complejidad del problema mundial de las
drogas y la necesidad de fortalecer las instituciones del Estado y sus
políticas públicas y estrategias, en particular las de educación, salud y
seguridad ciudadana, para la mejor prevención del uso indebido de drogas, la
violencia y los delitos asociados a ella, con pleno respeto a los derechos
humanos y libertades fundamentales.
Sobre el particular cabe resaltar, el rol de la
Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) en su
condición de entidad de la OEA como cuerpo consultivo y de asesoramiento sobre
el uso indebido, la producción y el tráfico ilícito de drogas; así como su
contribución a la promoción de la cooperación multilateral entre los Estados y
el fortalecimiento de las capacidades de los Estados miembros para abordar el
problema de las drogas.
La 46 Asamblea General Extraordinaria de la OEA,
busca estableció el compromiso de fortalecer la capacidad de los Estados y sus
instituciones, fomentando su profesionalización y mejorando sus políticas y
mecanismos de coordinación, fiscalización y transparencia, a fin de enfrentar
los desafíos asociados con el problema mundial de las drogas, así como sus
causas y consecuencias.
Esta reunión se establece, luego de un proceso que
ha generado debates, informes, reuniones, y acciones experimentales por parte
de algunos Estados miembros, por lo que prevalece la expectativa sobre sus
resultados.
Dicho cónclave, se desarrolla unos días antes del
Debate General de la Asamblea de las Naciones Unidas, lo que permitirá a los
gobiernos de la región manifestarse en Nueva York, sobre los acuerdos o
conclusiones a los que arriben sobre este flagelo que afecta al mundo.
El encuentro en Guatemala busca encontrar acuerdos
sobre aspectos específicos que permitan orientar las políticas de drogas en el
hemisferio en los próximos años.
Al concluir el 46 periodo extraordinario de la
Asamblea General de la OEA, se adoptó la resolución titulada “Reflexiones y
lineamientos para formular y dar seguimiento a las políticas integrales rente
al problema mundial de las drogas en las Américas”, que pone énfasis en muchos
de los elementos que pueden considerarse consensos regionales para alcanzar
mejores resultados en reducir los efectos negativos que este fenómeno tiene
sobre la sociedad, la salud, el desarrollo y el estado de derecho.