Martes 16 de septiembre de 2014 – 01:30 PM
La infidelidad en las relaciones
de pareja tiene consecuencias dolorosas: humillación, tristeza, culpa, enojo y
frustración. Estudios recientes de la Universidad de Palo Alto Ca. (2013),
muestran que la infidelidad es la primera causa de divorcio. Se ha comprobado
que un promedio de 15% de mujeres y 25% de hombres han mantenido alguna vez en su
vida relaciones con personas que no son su pareja.
Reafirmación de su virilidad
Si bien muchos hombres en
distintas etapas de la vida adulta pueden llegar a tener muchas
inseguridades respecto a su sexualidad. Muchas veces una baja autoestima
sexual, inseguridad en cuanto el tamaño del pene, disfunción eréctil y la
eyaculación precoz son unas de las causas que los lleva desesperadamente a
buscar fuera de la pareja una reafirmación de su virilidad.
El demostrar sexualmente que
“sí pueden” enaltece su ego y masculinidad.
Heridas infantiles
¿Tu pareja vivió de pequeño algún
tipo de abandono por parte de alguno de sus padres? ¿Existía infidelidad entre
sus papás? Las heridas emocionales no resueltas conducen a que de adulto se
vuelva a repetir un mismo patrón.
¡Sorpresa! Ese niño herido no
puede deshacerse del pasado, no puede asimilar, perdonar y aceptar. Una parte
inconsciente provoca la infidelidad para volver a sentir abandono, tristeza y
pérdida como una forma de reproducir la vieja situación y tratar de dominar.
Esta forma de actuar está lejos de recibir y formar una pareja real y madura.
Control excesivo
¿Qué haces? ¿A qué hora llegas?
¿Por qué no contestas el teléfono? ¿Con quién chateas? Estas y muchas otras
preguntas en exceso hostigan por completo a tu pareja. El querer controlar cada
paso logrará un efecto paradójico de querer estar lejos de ti.
La relación de pareja es el amor
del uno por el otro, no la absorción del uno por el otro. El ser humano al
sentirse presionado y asfixiado por su pareja para evitar algún conflicto,
empezará a mentir. Recuerda que la confianza es la clave para la apertura en la
comunicación.
Tratar a la pareja como niño
Si en todo momento buscas el
control y sobreprotección es muy probable que surja la infidelidad. Ninguna
pareja quiere ver en su esposa a una madre. Lejos de excitarse y sentirse
atraído se alejará poco a poco.
Presión económica
¿Constantemente presionas a tu
pareja que te cambie el carro, te lleve de viaje o te compre algo? Sabes que
económicamente están empezando a despegar y más allá de ser un apoyo, él te
percibe como carga.
Recuerda que ser un equipo de
comprensión y crecimiento fortalecerá la relación. Conoce los límites de tu
relación y aprende a saber cuándo hay que apoyar y cuándo se puede gastar.
Descuido físico en la pareja
Es importante que sepas que los
hombres son visuales por lo que aprecian la belleza física. A partir de que se
casaron, empezaste a subir de peso, a no arreglarte y a guardar en el cajón tu
lencería sexy.
No te quedes callada al “comerte”
tus angustias, tristezas y miedos. Busca a tu pareja para acercarte y expresar
lo que estás sintiendo y viviendo. Recuerda que eres merecedora de estar en
pareja. No sabotees tu relación al dejarte tú por completo para que él
encuentre a alguien más.
Pretextos al sexo
Es común que pongas pretextos
para no tener sexo: me duele la cabeza, estoy en mis días o me siento muy
cansada. La sexualidad es el área más importante en una pareja que no debe ser
descuidada.
Así mismo biológicamente el área
del cerebro del hombre correspondiente a la obtención de sexo es 2.1 veces más
grande que la femenina. Tienen mayor necesidad de satisfacer su impulso sexual
y tiende a tener mayores pensamientos y fantasías sexuales.
Vidas separadas
Cada vez que tú pareja te pide
que te acompañe a algo con amigos o familia haces un tipo de comentario como:
hoy no puedo, estoy muy ocupada, te alcanzo luego, vete tú y diviértete… En fin
lejos de querer estar con él viven una vida de solteros.
El no acompañar y disfrutar
momentos que para él también son importantes hace más posible que conozca a
alguien.
Críticas y comparaciones
Tu vida en pareja en momentos te
resulta “insuficiente”. Te comparas con el matrimonio de tu amiga. Le hechas en
cara a tu esposo lo poco divertido y propositivo que es, haces hincapié en la
gran monotonía que vienen haciéndole ver que estás harta y cansada.
En momentos de enojo llegas a
criticar a su familia en especial a su madre. Le pides espacio y tratas de
alejarlo de ellos. Así mismo su trabajo te resulta poca cosa por lo cual llegas
a devaluarlo con comentarios ofensivos.
Marido desplazado
Desde que te convertiste en madre
tu pareja pasó a un segundo término. Tu tiempo, energía y toda tu disposición
está en tus hijos. Llega el final del día sintiéndote exhausta y con nada que
dar y platicar para tu pareja.
Evidentemente existe la
posibilidad que él empiece a sentirse desplazado y fuera de lugar en casa. Esto
puede llevarlo a encontrar comprensión y cariño en otro lado. Recuerda tratar
de incluir lo más posible a tu pareja en el tema de los hijos ya que ambos son
los padres.