Sábado 26 de julio de 2014 – 02:30 PM
- Alerta a los mandatarios de Guatemala, Honduras y El
Salvador sobre los menores que no cumplan los requisitos
EFE / Washington El presidente de Estados
Unidos, Barack Obama, advirtió hoy a los mandatarios de Guatemala,
Honduras y El Salvador de que los niños que llegan a la frontera sur desde sus
países y "que no tengan motivos adecuados, en algún momento serán
repatriados a sus países de origen".
En una reunión en la Casa Blanca, Obama reiteró a
los mandatarios de Guatemala, Otto Pérez Molina; El Salvador, Salvador Sánchez
Cerén; y Honduras, Juan Orlando Hernández, que el pueblo estadounidense y su
Gobierno tienen "gran compasión" por los pequeños, pero insistió en
la necesidad de disuadir a los niños y a sus familias de emprender el viaje.
"Tenemos que contener la afluencia de niños que
se ponen a sí mismos y a sus familias en una situación insegura", agregó
Obama, que además advirtió de que Estados Unidos "no es sólo un
país de inmigrantes", sino también "una nación de leyes".
Respecto a la posibilidad de conceder a los menores
el estatus de refugiado, el presidente explicó que, bajo la ley actual, Estados
Unidos admite un número limitado de refugiados de todo el mundo bajo criterios
estrictos, que no contemplan normalmente una causa como la pobreza.
"Puede haber algunas pocas circunstancias en
las cuales haya motivos humanitarios para que puedan acogerse a ese estatus. Si
ese es el caso, mejor solicitarlo en el país (de origen)", que emprender
el peligroso viaje a Texas, dijo el mandatario.
"Lo que es más importante es encontrar
soluciones que impidan que los traficantes saquen dinero de la desesperación de
las familias", contribuyan a luchar contra la pobreza en Centroamérica, y
mejoren el sistema de inmigración legal a Estados Unidos, de manera
que cada vez sea menos necesario una vía subterránea de inmigración, añadió
Obama.
Según un comunicado de la Casa Blanca, el presidente
estadounidense convino en la necesidad de abordar la pobreza y la violencia en
Centroamérica como una de las raíces principales del problema que ha
desencadenado la llegada en avalancha de decenas de miles de menores a la
frontera sudoriental entre México y Estados Unidos.
Los presidentes discutieron sobre cómo
"acelerar el desarrollo, el crecimiento económico y las mejoras de
seguridad en la región", y la Casa Blanca reiteró su intención de
incrementar los fondos destinados al crecimiento regional, "empezando
por los 300 millones de dólares" incluidos en la petición de fondos de
emergencia que remitió Obama al Congreso.
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