Ankara (AFP)
Las deportaciones de armenios bajo el Imperio Otomano eran
"inhumanas", estimó el ministro de Exteriores turco, Ahmed Davutoglu,
en una visita el jueves a Ereván, donde pidió una "memoria justa" de
los hechos, que su país se niega a reconocer como un genocidio.
"Considero que esta oleada de deportación bajo los
Ittihatçi (Jóvenes Turcos) era absolutamente un error. Lo que hicieron fue un
error y un acto inhumano", declaró a los periodistas de su país que lo
acompañaban en el viaje.
El jefe de la diplomacia turca participó en Ereván en una
reunión de la Organización de Cooperación Económica del Mar Negro (OCEMN), en
su primera visita a Armenia desde el fracaso en 2009 de los esfuerzos de
normalización entre los dos países.
La comunidad armenia de la Turquía otomana fue víctima de
matanzas y de deportaciones masivas entre 1915 y 1917. Armenia y muchos
historiadores o parlamentos extranjeros evalúan en 1,5 millones el número de
muertos y califican estos hechos de genocidio.
Aunque con un enfoque más conciliador que sus predecesores,
el gobierno islamista moderado en el poder en Turquía desde 2002 sigue
rechazando tajantemente el término de genocidio.
"En ningún caso aprobamos las deportaciones" de
armenios, recalcó el jueves Davutoglu, quien pidió a Armenia que dé muestras de
flexibilidad política para adelantar en el camino de la reconciliación.
Al final de un encuentro bilateral con su homólogo armenio,
Eduard Nalbandian, Davutoglu abogó públicamente por una reconciliación entre
los dos países sobre la base de una "memoria justa".
Turquía y Armenia firmaron en 2009 acuerdos de
reconciliación, pero su intento de acercamiento, apoyado por EEUU, fracasó en
seis meses. Las partes se acusaron mutuamente de haber intentado reescribir los
textos y de poner nuevas condiciones. Ninguno de los dos Parlamentos ratificó
los acuerdos.
Ankara y Ereván también mantienen posiciones enfrentadas
sobre el futuro de Nagorno Karabaj, un enclave de mayoría armenia en el corazón
de Azerbaiyán.
Turquía apoya a Bakú en este contencioso territorial, que
originó un conflicto sangriento en los años 1990, y mantiene cerrada su
frontera con Armenia desde 1993.