El regreso no es una opción para miles de miembros de la caravana migrante, varados desde hace más de 24 horas en la frontera entre Guatemala y México a la espera de soluciones.
Los migrantes, en su mayoría hondureños, no se cuestionan el objetivo de continuar su camino pese a la férrea barrera que representa la Guardia Nacional mexicana, desplegada a la orilla del río Suchiate que divide Guatemala del estado suroriental de Chiapas.