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Cardenal Óscar Andrés Rodríguez pide a los saqueadores devolver lo robado

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En la homilía dominical en la catedral metropolitana San Miguel Arcángel de Tegucigalpa, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, pidió devolver lo robado y compartir los bienes con los pobres y no ser como Saqueo. 
“Estamos dispuestos a recibir a Jesús en nuestro interior, porque cada vez que recibimos la santa eucaristía, la santa comunión, es Jesús que viene a hospedarse en nuestra casa, se lo decimos no soy digno que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastara para sanarme”. 
Así como sano a Saqueo, corrupto, pecador, ladrón, él era también un hijo de Dios y el Señor toco a su puerta y este hombre cambio.  
En ese sentido, se refirió a la historia bíblica de Saqueo quien después de convertirse dijo le doy la mitad de mis bienes a los pobres y eso se llama compartir y “esa es la justicia que necesita nuestro mundo, necesitamos liberar el corazón de la ambición de tener, de poseer, de enriquecerse, de qué sirven esos capitales que han amontonado los corruptos.  
a su criterio, “el odio nunca va a causar la conversión de nadie, sigan insultando, sigan haciendo el mal en esas redes sociales que lo que van a cosechar será mal, será odio, será vacío interior y nunca van a cambiar, abran las puertas de su corazón a Cristo, abran las puertas de su corazón al amor, dejen de denigrar e insultar, respeten a cada persona como hija de Dios, entonces todos los Saqueos de este mundo deben comprender que deben devolver lo robado y que deben compartir con el más pobre”. 
Al referirse a la homilía dominical, indicó que el evangelio de hoy nos dice “hoy tengo que hospedarme en tu casa”, se lo dijo el Señor a Saqueo, “pero nos lo dice también a nosotros, cada día, estas palabras de Jesús a Saqueo son también para nosotros, hoy tengo que hospedarme en tu casa, eso hoy en el evangelio tiene un sentido especial, es el hoy de Dios, la oportunidad que Dios nos ofrece a cada instante para vivir, para crecer, para avanzar en nuestra vida”. 
Nosotros no caminamos como personas que no saben para donde van, hoy tengo que hospedarme en tu casa, hoy y no mañana, todo ocurrió como nos dice en evangelio en Jericó que era la ciudad de las palmeras como Suyapa que también quiere decir lugar de palmeras, ciudad que estaba situada a 11 kilómetros del río Jordán, ahí ocurrió ese acto tan bello. 
Refirió que Saqueo era un hombre rico, recaudador de impuestos, rico a costa de explotar a los otros y además era jefe de publicanos o sea de aquellos que colaboraban con el imperio romano que era el que estaba oprimiendo al pueblo de Israel y por eso era despreciable, era un colaborador con Roma, era un hombre mal visto, despreciado por lo demás y quizá por sí mismo, era un marginado religioso, podemos decir que Saqueo era un corrupto despreciable y trataba de encontrar a Jesús por curiosidad. 
Era chaparrito y no dejaban verlo, porque la multitud estaba ahí, entonces se dejó ir y se subió en un árbol y ahí estaba de curioso tratando de ver quién era, había oído hablar de Jesús, se sentía atraído por Jesús y quizá tenía admiración por Jesús, pero había una dificultad, ser pequeño de estatura y una multitud que no le dejaba sitio para ver a Jesús, entonces se subió al árbol. 
Dice el evangelio, corrió más adelante y se siguió a una higuera para verlo que tenía que pasar por ahí, Saqueo se adelanta corriendo, habitado por el deseo de ver al Señor y se sube al árbol, no parece ridículo, siendo un hombre de buena posición económica, un jefe de los recaudadores.   
“Quería ver a Jesús todo lo demás es relativo, no hay momentos, en que Jesús pasa por nuestra vida, como por la vida de Saqueo, pero cuando Jesús pasa, no es Saqueo quien quiere ver a Jesús, sino que es Jesús quien quiere ver a Saqueo, se invierten los papeles y ocurre lo contrario es Jesús el que lo ve, no mira el mal de Saqueo, sino su corazón en el que también había algo de bueno”, refirió. 
 Comentó que “nadie es 100 por ciento malo, no se puede pensar en eso, pues somos hijos de Dios, somos criaturas de Dios y cuando Jesús lo miró alzando la vista, Saqueo se sintió mirado por Jesús”.  
“Cómo hace falta que nos sintamos mirados por Dios, todavía nos recordamos cuando el papa Francisco fue a visitar la virgen de Guadalupe y pidió estar ahí frente a la imagen en silencio, en oración y yo le pregunté: santo padre y cómo fue que se te ocurrió esto y dijo: yo quería ser mirado por la santísima virgen y dice ah, eso es superstición, los ignorantes son los dicen eso, los que han hecho estudios de la imagen de la virgen de Guadalupe hicieron el estudio de los ojos y fue la NASA quien hizo esos estudios y ahí, en la retina de ese cuadro, hay 12 personas incluido Juan Diego, incluido el obispo de México que se llamaba Fray Juan de Zumárraga, mirados por Dios, mirados por la virgen”, apuntó. 
“Eso fue lo que le pasó a Saqueo, esa mirada de Jesús cambió su vida y por eso es que Jesús busca siempre todas las posibilidades del ser humano y apuesta por lo mejor que hay en cada persona y “nosotros siempre tenemos la tendencia a ver lo malo, a ver lo peor y también en nosotros a ver lo malo, Jesús, sin embargo, ve lo bueno en nosotros, ve nuestro corazón y viene hacia nosotros a pesar de nuestras fragilidades”.  
Hay más en este evangelio, dijo “Jesús lo llama por su nombre, nadie se lo había presentado, pero Dios nos conoce, conoce nuestro corazón y por eso le llama por su nombre, Saqueo y ya sabemos lo que significa ese nombre en la cultura bíblica, es la expresión del amor, Jesús le dice: Saqueo bájate pronto porque hoy conviene que yo me hospede en tu casa y ese es el corazón de Dios, ese se inclina hacia el ser humano que lo ama y nos ama a todos, y nos dice siempre, quiero ser tu huésped para que entre tu y yo haya una relación de amistad, una relación personal, quiero ser tu amigo”. 
 Saqueo no tenía amigos, lo despreciaban, era corrupto y Jesús le dijo yo quiero ser tu amigo, como lo acusaron de ser amigo de pecadores y de prostitutas. “Eso mismo dicen hoy del papa, de nosotros, gente que no ha aceptado la invitación de Jesús, porque el Señor Jesús mira lo bueno que hay en el corazón, este hoy tiene un sentido profundo en el evangelio de San Lucas, pero hay más, no le dice oye Saqueo ven acá a ver si te conviertes si dejas esa mala vida, le dijo hoy me quiero hospedar en tu casa”, refirió. 
Jesús quiere salvar esa alma y por eso no le importa que le digan pecador, no le importa que le digan estás contaminado, eres uno de ellos mira cómo entraste en esa casa, no la casa es nuestra alma, es nuestro interior, hoy estamos dispuestos a recibir a Jesús en nuestro interior, Saqueo bajó enseguida y bajó lleno de alegría y le abrió la puerta de su corazón con alegría y la alegría y el gozo son fruto de la auténtica relación con Dios. 
 Al mismo tiempo, dijo “vivo yo esa alegría de la presencia de Dios o vivo como tantas personas que parece que están llenas de odio, que no hacen más que estar todo el día revolviendo maldad, aquellos que le quitan la vida a otros, qué alegría van a tener, unas manos manchadas de sangre de gente inocente, ahí no puede estar Dios, pero Dios quiere entrar, conviértanse, ábranle el corazón a Dios, no sigan cosechando para el mal, Saqueo pudo cambiar y era un gran pecador y era un gran corrupto”.  La Tribuna

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