03/09/2017
NORMA PORTILLO
/SOYCARMIN
Sabemos que cuando
estamos en una relación de pareja los primeros años no necesitamos de mucho
estímulo para tener relaciones íntimas pues cualquier lugar es bueno para dar
rienda suelta a nuestra imaginación.
La hormona del amor
está a todo lo que da y estamos eufóricas para mantenernos en forma y
tener ganas de tener relaciones íntimas a cualquier hora del día o de la
noche, pero conforme pasa el tiempo y los niveles de oxitocina regresan a su
nivel normal, la rutina diaria que tenemos llega a hacerse aburrida y
poco entusiasta.
Con este ajetreo
diario nos olvidamos que para despertar el deseo tenemos que alimentarlo y
nutrirlo, pues aunque en una relación de pareja no es lo único que la alimenta
sí juega un papel muy importante en ella.
Así que si quieres
hacer hacer cosas diferentes y que tu pareja se quede con una muy buena
impresión de ti, ya sea que tienen algún tiempo juntos o si están iniciando la
relación te servirá para que lo dejes todavía más prendido de lo que lo tienes.
Aquí algunas
posiciones que deberías practicar si en verdad quieres impresionarlo:
El balero:
Te recuestas boca
arriba, mientras él se arrodilla frente a ti, arrodillado, haz que jale tus
tobillos hacia él hasta que te tenga al alcance de su miembro viril y por
supuesto que para la penetración tendrá que jalarte hasta que separes tu
espalda de la cama.
Él penetrara desde
abajo, en ángulo tal que te estimulará tu punto G y además tendrá la vista con
la que tanto ha soñado. Te ve el cuerpo entero y los gestos que haces cuando
estás llegando al clímax, eso lo estimula todavía más.
La vaquerita invertida:
Que él se recueste en
la cama y tú te sentarás sobre él justo en el punto que quieres, pero de manera
que le des la espalda. Para él ver tu espalda y tu trasero mientras te penetra
es muy excitante y tu la ventaja que tienes es que tienes el control para la
profundidad y movimiento.
Si quieres puedes
variar esta posición y él se debe recostar en la orilla de la cama con los pies
colgando, y tú pon tus pies debajo de sus glúteos para una mayor penetración y
además te sirve para espuelearlo.
La silla mecedora:
Que él se recueste en
la cama, después tú con las rodillas dobladas y los dedos del pie apenas
rozando la cama móntalo y muévete de atrás hacia adelante como cuando te meces
en la silla e inclínate hacia atrás. Los dos se sentirán muy bien y muy excitados
pues la cabeza de su miembro y la primera parte de tu vagina contienen las
terminales nerviosas más sensibles.
Una variación es que
él se siente con las piernas cruzadas y apoye las manos atrás. Te sientas
frente a él, le abrazas los costados con los muslos. Si él te quiere acariciar
puede apoyar la espalda contra la pared para tener más equilibrio y tener las
manos libres.
El candado:
Arriba de un mueble
alto, que le llegue a él a la altura de su miembro, te sientas en el borde y te
apoyas con los brazos atrás. Que él se coloque frente a ti y aprisionas su
cadera entre tus piernas. En esta posición pueden verse cara a cara. Mientras
él inicia los movimientos hacia delante y atrás tú diriges la dirección.