Martes 23 de mayo de 2017
Las empresas japonesas
son conocidas por sus interminables horarios de trabajo y sus estresantes
estructuras jerárquicas, pero una de ellas afirma haber encontrado un buen
remedio: los gatos.
En la pequeña oficina de
Tokio de la compañía de informática Ferray, nueve felinos descansan sobre las
piernas de sus empleados, saltan de sus delicados almohadones a los teclados y
duermen y comen en total libertad.
Hidenobu Fukuda, que
dirige la empresa, introdujo su política de "gatos en la oficina" en
2000 a petición de uno de sus colaboradores, y autorizó a los empleados a
acudir con su mascota.
"También le doy
5.000 yenes al mes a quien salve un gato", cuenta.
Otras empresas también se
proponen recurrir a los animales para reducir el estrés y la ansiedad del staff.
En Oracle Japan,
un antiguo pastor inglés llamado Candy fue nombrado
"embajador" encargado de los invitados y de calmar al personal, según
la página web de la empresa. El grupo estadounidense cuenta con un perro en su
oficina nipona desde 1991 y Candy tiene perfiles en Twitter e Instagram.
Por su parte, la firma de
recursos humanos Pasona Group "contrató" a tiempo completo a dos
cabras en 2011 y dos alpacas en 2013, utilizadas, en parte, con fines
terapéuticos.
En Tokio hay alrededor de
sesenta cafés con gatos oficialmente reconocidos, donde los felinos deambulan
entre los clientes.
En Ferray, Eri Ito está
encantada: "los gatos están durmiendo justo a nuestro lado, es
relajante".
Pero tener gatos en la
oficina también tiene su parte negativa, admite Fukuda. "A veces el gato
camina sobre el teléfono y corta la llamada, o apagan los ordenadores al pisar
el interruptor".
AFP