Martes 02 de
mayo de 2017
WASHINGTON
(AP) — El programa nuclear de Corea del Norte podría tener como fin apoderarse
de Corea del Sur y obligar a Estados Unidos a abandonar a su aliado cercano,
dijo el martes un alto funcionario de la Casa Blanca, al tiempo que puso en
duda el argumento de Pyongyang de que pretende defenderse de una invasión.
Haciéndose
conjeturas sobre los posibles móviles norcoreanos, Matt Pottinger, el director
para Asia en el Consejo de Seguridad Nacional del gobierno del presidente
Donald Trump, señaló que podría haber algo de verdad en las aseveraciones de
que Corea del Norte quiere tener un disuasivo nuclear para proteger su
dictadura socialista, pero agregó que la robusta fuerza militar convencional
del país ha funcionado como disuasivo durante décadas.
Pottinger
insinuó otras explicaciones "perturbadoras" al hecho de que Corea del
Norte esté desarrollando “un arsenal de las peores armas en el mundo".
"Por
ejemplo, en las conversaciones que han sostenido con exfuncionarios
estadounidenses y otros han dicho claramente que quieren utilizar estas armas
como un instrumento de chantaje para conseguir otros objetivos, incluida quizá
una reunificación por la fuerza de la península coreana algún día", dijo
Pottinger en una conferencia en Washington.
Corea del
Norte, agregó, quiere además coaccionar a Estados Unidos para que "salga
de la península y abandone nuestras alianzas".
Pottinger
hizo sus comentarios en un panel de discusión organizado por Sasakawa USA, un
grupo que promueve las relaciones entre Estados Unidos y Japón, un día después
de que Trump abrió la posibilidad de una futura reunión con Kim Jong Un y de
que ofreció un inusual elogio al líder norcoreano globalmente excluido en
momentos de crecientes tensiones nucleares.
Estados
Unidos envió buques de guerra a la región con el fin de disuadir a Corea del
Norte para que no realice otra prueba nuclear como parte de su programa de
armas. El actual desarrollo de ese país en materia nuclear y de misiles
balísticos ya representa una amenaza para Corea del Sur y Japón, y en pocos
años podría llegar al territorio continental de Estados Unidos