Domingo 14 de mayo de 2017
Tegucigalpa.- La tendencia de las mujeres hondureñas
que enfrentan la vida solas, al mando de sus hogares, se ha incrementado del
20,6 % en 1988 al 33,6 % en el 2016, según el estatal Comisionado Nacional de
los Derechos Humanos en Honduras (CONADEH).
En un informe coincidiendo con el "Día de la
madre hondureña", que se conmemora hoy, el CONADEH indicó que de los 1,9
millones de hogares que hay en el país, de 669.400 tienen como jefe de hogar a
una mujer.
El titular del CONADEH, Roberto Herrera, enfatizó que
las madres hondureñas juegan un importante rol en el país, porque además de ser
generadoras de vida, crianza y educación de sucesivas generaciones, son
impulsoras de la unidad familiar y del desarrollo de la sociedad.
Según registros oficiales, de los 8,7 millones de
habitantes que tiene Honduras, alrededor de 4,5 millones son mujeres, pero
aunque son mayoría no tienen representación igualitaria en las estructuras de
poder y otros sectores sociales, con el agravante además de que en gran medida
sufren de discriminación.
En lo que respecta al pago de salarios, por ejemplo,
ganan menos que los hombres aunque hagan igual trabajo o laboren más que ellos.
A eso se suman otros factores adversos como la
violencia familiar de lo que son víctimas un alto porcentaje, según registros
de organizaciones femeninas defensoras de derechos humanos.
Según el CONADEH, de las 4,5 millones de mujeres
hondureñas, se calcula que el 55,5 % viven en el área urbana y el 45,5 %
restante en el área rural.
Herrera señaló además que muchas madres hondureñas
jefes de hogar enfrentan una serie de dificultades, principalmente al momento
de hacer uso de los servicios públicos.
"Para abastecerse del agua, por ejemplo, hay
muchas madres que tienen que acudir al río, hacen uso de pozos o dependen de la
voluntad del vecino", añadió.
El ombudsman hondureño también indicó que si bien
existe un 91 % de mujeres hondureñas jefas de hogares que cuentan con energía
eléctrica del sistema público en sus viviendas, aún hay hogares que
"alumbran su pobreza con candiles, velas y ocotes".
"Hoy es nuestro día, pero estoy trabajando para
llevarle comida a mis tres hijos", expresó a Acan-Efe Amalia Banegas, una
vendedora de flores naturales apostada en una esquina de un bulevar.
Agregó que vive en el barrio La Sosa, de la capital
hondureña, donde dice que hay un tramo que "es un poco peligroso"
porque "hay 'maras' (pandillas), de las que señaló que "a los que
somos del barrio algunos nos cuidan".
Banegas, según su relato, es madre soltera de tres
hijos varones en edades de cinco, tres y un año, pero no saben de su padre
porque les abandonó.
"Hace más de tres años nos dejó por otra mujer,
me toca sola el cuidado de mis hijos a los que mantengo vendiendo cosas,
aseando casas y lavando ropa ajena", dijo Banegas, quien pese a sus
dificultades, señaló que está "contenta" y que hoy por la tarde irá a
ver a su madre que vive en el barrio El Reparto. EFE