Jueves
27 de abril de 2017
El
Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA) coordinó la mesa
de Variables Climáticas y Sanidad Agropecuaria durante el 52º Foro Centroamericano
del Clima y el XXXI Foro de Aplicaciones Climáticas a la Seguridad Alimentaria
y Nutricional, perspectivas de mayo a julio de 2017. En este espacio se
determinó el riesgo en relación a plagas y enfermedades que podrían afectar al
sector agropecuario.
Los
servicios meteorológicos de México, Centroamérica y R. Dominicana pronosticaron
un eventual surgimiento del fenómeno de El Niño en la segunda mitad del
invierno. Esto contempla un promedio de precipitaciones normales de mayo a
junio, y una disminución en la última quincena de julio. Además, se espera que
la temporada de huracanes sea de baja intensidad en el Atlántico y mayor en el
Pacífico.
En
general se esperan condiciones por debajo de lo normal en el área norte de la
Península de Yucatán y Tabasco, de la misma manera en el área conocida como el
corredor seco de la región del trifinio entre Guatemala, Honduras y El
Salvador, en la región del Pacífico Norte de Nicaragua y por último en la
región de Azuero en Panamá. Estas regiones vienen acarreando un déficit de
precipitación desde el 2014 por lo que se espera en general escases de alimento
que puede ser un factor condicionante de enfermedades.
En
tal sentido, las principales recomendaciones vienen ligadas a generar un
programa de nutrición e inmunización adecuado para el ganado. Mientras para
que, para cultivos, es de considerar como un factor de riesgo la presencia del
pulgón amarillo del sorgo en el corredor seco. Además, los principales peligros
están asociados a la presencia de roya y broca del cafeto. Al mismo tiempo en
zonas donde la precipitación no sea adecuadamente distribuida el aparecimiento
de plagas como cogollero y agriotes en granos básicos. También se esperan
problemas con Trips en cultivos de solanáceas y melón. La carencia de un
invierno adecuado en esta parte del corredor mesoamericano de pino puedo
facilitar el rebrote de descortezadores y el aparecimiento de nuevos brotes de
langosta voladora.
Por
ello se recomienda ampliar las medidas de vigilancia epidemiológica de aquellas
áreas de riesgo de las plagas en mención, desarrollar procesos adecuados de
labranza y fertilización del suelo evitando el exceso de fertilizantes nitrogenados,
aplicar tratamiento cuarentenario a toda la madera de coníferas que sea
transportada durante la época de la zafra que provenga de zonas infectadas,
entre otros.
Para
las regiones con alta precipitación los principales peligros están asociados a
la presencia de enfermedades fungosas y bacterianas en la zona hortícola,
principalmente de Guatemala, Costa Rica y Panamá; principalmente tizones y
pudriciones vasculares en papa, chile y tomate. También pueden presentarse
afecciones por mancha de asfalto en maíz. Se espera presencia de antracnosis
del café para las zonas cafetaleras que se encuentren en esta área, las que
podrían también estar asociadas a roya en las áreas donde la precipitación no
termine de acentuarse. También adquiere relevancia la presencia Fusarium en
banano y plátano sobre las zonas bananeras del norte de Costa Rica y Panamá.
En
este contexto, se recomienda mejorar los procesos de drenaje agrícola en áreas
susceptibles a anegamiento; aplicar prácticas adecuadas en términos de preparación
y desinfección del suelo y fertilización; y mantener una vigilancia sanitaria
en cultivos.