Jueves 27 de
abril de 2017
CIUDAD DE
MÉXICO, abril 26 (EL UNIVERSAL).- Brownies, grapas, hot cakes, muffins o
cigarros son las presentaciones más atractivas de la marihuana o cocaína que
utilizan los narcomenudistas para enganchar a los jóvenes a consumir, alertó
una investigación de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de
México.
Marcela
García Torres Vega, titular de la Fiscalía Central de Investigación para la
Atención del Delito de Narcomenudeo, lamentó que los jóvenes tengan acceso a
estupefacientes afuera de las escuelas, en los parques o centros de
entretenimiento, a través de amigos y redes sociales.
La servidora
pública reconoció la importancia en la difusión clara y objetiva de este delito
relacionado con la farmacodependencia, pues los menores se encuentran en
peligro de verse relacionados con otro tipo de delitos, como el robo.
“Cuando se
van involucrando, les cuesta trabajo salir y muchas veces terminan vendiendo
también para poder solventar el consumo. Esa situación se ve reflejada en un
aspecto que va deteriorando su capacidad de discernimiento”, apuntó.
Afuera de
las escuelas de nivel primaria y secundaria de las delegaciones Iztapalapa,
Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc y V. Carranza los traficantes de drogas enganchan
a los estudiantes desde los nueve años, reveló la procuraduría capitalina.
Por esta
situación se han implementado operativos especiales con agentes de la Policía
de Investigación (PDI) encubiertos. El objetivo es detectar a mujeres, hombres
e incluso familias que operan como La Panda en Iztapalapa, donde los niños van
a “refugiarse” de sus problemas y a cambio les dan droga, después los
convierten en vendedores, mientras que a las jovencitas las prostituye.
Con esta
modalidad, se han detectado a por lo menos tres grupos criminales que operan en
las delegaciones antes mencionadas y ya son investigadas; sin embargo, como los
padres ni los maestros están atentos a los menores, no se han obtenido detalles
de sus centros de operaciones.
Torres Vega
explicó que “lo más importante es la comunicación, los padres deben estar
alerta del comportamiento de sus hijos” e identificar a tiempo conductas
hostiles, bajo rendimiento académico, somnolencia o signos físicos como ojos
rojos y resequedad en la boca, para tomar medidas a tiempo.
A fin de
garantizar la seguridad y el desarrollo pleno de los jóvenes, la PGJ
capitalina, a través de la Fiscalía de Atención al Delito de Narcomenudeo,
tiene programas para alejarlos de este ilícito y cuando es necesario los envía
a Unidades Médicas de Especialidad-Centro de Atención Primaria de Adicciones,
las cuales tienen la labor de rehabilitarlos.
De febrero
de 2016 a marzo de 2017 la PGJ local llevó a cabo 53 cateos y se aseguraron 49
inmuebles: uno en Azcapotzalco, dos en Benito Juárez, tres en Coyoacán, nueve
en Cuauhtémoc, ocho en Gustavo A. Madero, uno en Iztacalco, 13 en Iztapalapa,
uno en La Magdalena Contreras, cuatro en Milpa Alta, dos en Miguel Hidalgo,
tres en Tláhuac, uno en Tlalpan y uno en Xochimilco; 21 de los inmuebles y dos
vehículos fueron propuestos para ejercer acción de extinción de dominio.
Además
aseguraron 2 mil 229.85 gramos de clorhidrato de cocaína; 247 mil 640.60 gramos
de marihuana, mil 618.30 gramos de metanfetamina, 85.60 gramos de clonazepán y
147.30 gramos de tetrahidrocannabinol.
La actividad
total de la PGJ en materia de combate al narcomenudeo derivó en mil 422
indagatorias, la detención de mil 527 personas y la puesta a disposición ante
la autoridad jurisdiccional de mil 033 de las mismas.