Lunes 24 de
abril de 2017
La oposición
venezolana realiza este lunes una nueva protesta, un "plantón" con el
que bloqueará las vías más importantes del país, para mantener la presión
contra el presidente Nicolás Maduro, quien el domingo reiteró su disposición a
celebrar elecciones.
En Caracas,
el "plantón", que los dirigentes opositores aclararon no será un
bloqueo de vías con barricadas sino una concentración de personas, se realizará
en una estratégica autopista de la ciudad, en el este, y en las principales
vías de cada estado.
Agentes de
la policía dispersaron este lunes con balas de goma y gases lacrimógenos, según
la oposición, una pequeña barricada instalada en el este de Caracas.
A mitad de
la mañana empezaban a concentrarse algunos opositores en diferentes zonas de la
ciudad, para dar inicio al "plantón".
La oposición
exige elecciones generales y respeto a la autonomía del Parlamento, único poder
público que controla, y asegura que seguirá en la calle hasta lograr
"restituir el hilo constitucional".
"Las
protestas pacíficas en todo el país continuarán hasta que el señor Maduro
respete la Constitución y cese su autogolpe. Si no hay respuesta de la narco
corrupta cúpula madurista, al finalizar la jornada de hoy anunciaremos
siguientes acciones", advirtió el líder opositor Henrique Capriles.
Lilian
Tintori, esposa del opositor radical Leopoldo López, decidió adelantar el
"planton" con una vigilia frente al penal de Ramo Verde, donde está
recluido su marido, como protesta porque las autoridades no le han permitido
visitarlo en un mes, según declaró.
-
"¡Elecciones ya!" -
Las
protestas, que iniciaron el 1 de abril, se desataron después de que el Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ) se adjudicó las funciones del Legislativo. Aunque dio
marcha atrás en esa decisión tras fuerte presión internacional, la oposición exige
la salida de Maduro del poder.
En su
programa de televisión del domingo, el presidente dijo querer "elecciones
ya", en referencia a los comicios de gobernadores, que tenían que haberse
celebrado en diciembre pasado.
Los comicios
de alcaldes están previstos para este año y las presidenciales están
programadas para 2018, un adelanto de las cuales ha sido descartado por el
gobierno.
"Estoy
listo para lo que diga el Poder Electoral", insistió Maduro, quien asumió
en abril de 2013 tras vencer por estrecho margen a Capriles, a quien la
Contraloría inhabilitó políticamente el mes pasado al acusarlo de actos de
corrupción como gobernador del estado Miranda.
A pesar de
las advertencias de la oposición, Maduro los invitó una vez más a retomar un
proceso de diálogo, congelado desde el año pasado luego de que se acusara al
gobierno de no cumplir con los acuerdos, que incluían precisamente el llamado a
elecciones.
"Le
pido al papa Francisco desde aquí que nos siga acompañando en el diálogo,
porque hay una conspiración en Roma contra el diálogo en Venezuela y aquí
también", aseguró el mandatario.
Siete de
cada 10 venezolanos, según las encuestas, rechaza la gestión de Maduro,
asfixiados por una crisis económica con severa escasez de alimentos y medicinas
y una inflación considerada la más alta del mundo.
- Temores de
más violencia -
La mayoría
de las manifestaciones de este mes degeneró en disturbios y enfrentamientos con
las fuerzas de seguridad, que las dispersan con bombas lacrimógenas y balas de
goma, y algunas jornadas acabaron en fuertes disturbios y saqueos por las
noches.
"Venezuela
se planta contra la dictadura. Si no permiten que vayamos a las instituciones,
pues haremos este plantón para aumentar la presión, a pesar de la represión",
aseguró el vicepresidente del Parlamento, Freddy Guevara.
El gobierno
y la oposición se responsabilizaron mutuamente por los hechos de violencia que
dejan hasta ahora 21 fallecidos, cientos de detenidos y heridos, y varios
comercios saqueados.
Pero el
sábado, miles de opositores se movilizaron escoltados por la policía hasta la
sede de la Conferencia Episcopal en una denominada "marcha del
silencio", en memoria de los fallecidos en las protestas, sin que se
registraran incidentes.
El domingo,
una protesta improvisada de opositores fue dispersada en San Cristóbal (oeste,
fronteriza con Colombia) después del clásico del fútbol venezolano entre
Deportivo Táchira y Caracas FC.
La noche del
viernes hubo pequeñas protestas y brotes de disturbios en otra jornada
violenta, después de la batalla campal del jueves en el sector popular de El
Valle, con tiroteos, saqueos y enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de
seguridad.