Jueves 23 de
marzo de 2017
Guatemala (EFE).-
La familia y los representantes legales de Ángel Pacheco, un candidato a
diputado en Honduras que fue asesinado en el año 2001, denunciaron hoy ante la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) la inacción del Estado
hondureño para esclarecer este caso.
En una
audiencia en Ciudad de Guatemala, donde la Corte celebra un periodo
extraordinario de sesiones, las supuestas víctimas acusaron a Honduras de no
haber hecho Justicia por este homicidio, que se produjo el 23 de noviembre de
2001, en el marco de la campaña de Pacheco a diputado al Congreso Nacional
hondureño por el Partido Nacional.
Según la
exposición, en la que participaron expertos y el hermano de la víctima, José
Pacheco León, hay intereses para mantener impune este asesinato y, por ende,
denuncian que Honduras ha incumplido con su obligación de investigar con la
diligencia oportuna, cometiendo retrasos o irregularidades en la investigación,
entre otros.
Pacheco
León, quien describió a su hermano como un "miembro ejemplar en la
familia" -compuesta por 12 hermanos-, dijo que era una persona "muy
conciliadora", siempre pendiente "de la unidad familiar" y con
una "vocación de servicio" al prójimo inaudita: "En términos
generales era una persona muy especial".
El fallecido
se involucró en política a finales de 1997 y durante cuatro años hizo un
"duro trabajo" visitando aldea por aldea del departamento de Valle,
con lo que se ganó "la confianza, el respeto, el cariño y la
credibilidad" de los votantes, que finalmente lo habían elegido para la
curul, aunque no pudo asumir.
Sin embargo
ese liderazgo político, continuó, lo llevó a "tener problemas" que
aumentaron cuando fue nombrado como primer candidato a diputado y coordinador
general de la campaña del Partido Nacional de Honduras, pues supuestamente
había otras personas que querían su puesto.
Pacheco
escuchó una vez una conversación telefónica que su hermano mantuvo con un tal
"Benjamín" en la que le decía que no atendería a presiones y que, de
todos modos, no estaba solo.
Días después
de los funerales, la familia puso una denuncia por el homicidio y empezó a dar
seguimiento a las investigaciones, que no avanzaban y que nunca daban una
"respuesta positiva".
En algunas ocasiones, relató Pacheco, lo acusaron a él de haber asesinado a su hermano para quedarse con su puesto de diputado, que ejerció durante cuatro años y en los que tuvo que aguantar "la presencia" de dos personas que él tachó como los "dos principales sospechosos" intelectuales del homicidio.
Estos son
Benjamín Cárdenas y Raúl Pino, y este último supuestamente es quien quería el
lugar de Pacheco en el Congreso.
Precisamente,
Pacheco dijo que mientras ejerció como diputado, ocupando el cargo de su
hermano, fue víctima de actos de hostigamiento y robos en su vivienda de
documentación relacionada con el caso, y aunque denunció la mayor parte de
estos hechos nunca tuvo una respuesta de las autoridades.
"Era obvio que había intereses de que el caso del asesinato de mi hermano no se investigara, por qué y por quiénes no sabría decirle", declaró este familiar frente a la Corte, a la que pidió que obligue a Honduras a hacer las correspondientes investigaciones y a que establezca sistemas para que no se repitan casos como este.
En Honduras,
dijo, "no existe una democracia, no se respeta la voluntad del
pueblo", y el caso de su hermano, según él, no es el único homicidio en el
país que responde a intereses.
Uno de los
peritos, Alejandro Ramelli, dijo que el Estado debería haber investigado las
circunstancias políticas y electorales, y aseguró que el homicidio era una
"crónica de una muerte anunciada" por las amenazas y advertencias que
habría recibido.
"El
móvil está clarísimo, es político. Ninguna de las pruebas en el expediente
señalan a otro", proclamó y agregó que llamar a declarar a 50 personas,
como está recogido en el caso, no demuestra eficiencia: "Una investigación
no se mide por pruebas numerosas, sino por aquellas que apunten a un norte
efectivo".
La Corte
seguirá ahora con la investigación del caso. EFE