Viernes 10 de julio de 2015 – 10:30 AM
La controvertida bandera confederada quedará el
viernes fuera de uso en el estado de Carolina del Sur (sudeste de Estados
Unidos), luego que la Cámara de Representantes aprobara este jueves por amplia
mayoría su retiro por considerarla un símbolo de racismo.
La votación se desarrolló en la madrugada tras un
larga noche de tensos debates: 94 diputados se pronunciaron en favor del
retiro, y 20 en contra. Se necesitaba una mayoría de dos tercios para aprobar
la remoción de esta discutida bandera de la Confederación sureña, que data de
la época de la Guerra Civil estadounidense.
Este mismo proyecto de ley ya había sido aprobado en
el Senado por 37 votos a favor y tres en contra, que envió la legislación a la
gobernadora Nikki Haley para su ratificación, lo cual ocurrió efectivamente en
esta jornada.
La gobernadora republicana ya había solicitado el
retiro de la bandera después de los asesinatos el 17 de junio de nueve
feligreses negros a manos de un joven atacante de raza blanca durante una
charla sobre la Biblia que se desarrollaba en la Iglesia Metodista Episcopal
Africana Emanuel, en Charleston.
"Mañana por la mañana (viernes) a las 10:00 am
(local, 14h00 GMT), asistiremos a la retirada de la bandera Confederada",
sostuvo la gobernadora antes de la firma de la resolución.
"Vamos a bajarla con dignidad y hacer que sea
ubicada en un lugar indicado", declaró Haley en la ceremonia de firma,
flanqueada por parientes de las víctimas en la capital del estado. La bandera
se trasladará a un museo cercano a la sede legislativa.
"Es un nuevo día en Carolina del Sur, un día
del que todos podemos estar orgullosos, verdaderamente un día que nos reúne a
todos a medida que continuamos curándonos, como un solo pueblo y estado,"
había escrito Haley poco después de la votación.
Afuera del recinto legislativo, policías uniformados
pusieron este jueves barreras alrededor de la bandera, cuyo retiro era algo
prácticamente impensable en este estado considerado la cuna de la
Confederación.
"Esta es una buena noticia y es un
progreso", estimó Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, tras la
votación en afirmativo, saludando el acuerdo bipartidista sobre el texto.
A su vez, Hillary Clinton, candidata favorita de los
demócratas a la Casa Blanca y exsecretaria de Estado, opinó que "retirar
este símbolo del pasado racista de nuestra nación es una etapa importante hacia
la igualdad de derechos civiles en EEUU".
- "Un símbolo de odio" -
La legisladora republicana Jenny Horne, quien
incluso es descendiente del presidente de la antigua Confederación, había
pronunciado la pasada noche un emotivo discurso llamando a quitar "este
símbolo de odio".
"No puedo creer que en esta asamblea no
tengamos el coraje de hacer algo significativo y suprimir este símbolo de
odio", dijo Horne al borde de las lágrimas.
La bandera en cuestión ha estado los últimos 15 años
al lado de un monumento que recuerda la Guerra de Secesión (1861-1865), en los
jardines del parlamento de Columbia, la capital del estado de Carolina del Sur.
El retiro de la bandera confederada, reclamado periódicamente
por las asociaciones de afroestadounidenses, que ven en ella un símbolo de la
esclavitud, fue pedido con particular fuerza tras el asesinato de los nueve
negros a manos de Dylann Roof, un partidario de la supremacía blanca.
Dylann Roof, de 21 años de edad, había sido
fotografiado antes del ataque con la bandera confederada.
El pastor y senador Clementa Pinckney fue una de las
víctimas de la matanza, y sus pares le rindieron homenaje recibiendo a su
viuda. Su escritorio en el Senado estatal fue cubierto por un bandera negra
durante los dos días que duraron los debates en la cámara alta, el lunes y el
martes.
Mientras tanto, el debate sobre el tema alcanzó su
clímax en Washington donde los republicanos, presionados por sus representantes
de estados del sur, habían introducido una enmienda polémica a causa de esta
votación en Carolina del Sur. En ella se permitía "el derecho a preservar
la bandera" en tumbas de cementerios de propiedad federal.
Los demócratas reaccionaron con indignación. La
congresista afroamericana, Hakeem Jeffries, llevó una bandera confederada al
plenario de la Cámara e insistió en que no representaba un patrimonio del sur
sino el "odio racial y la opresión" de esclavos.
"Los republicanos en el Congreso (...) parecen
tener valores y prioridades" diferentes, arremetió la Casa Blanca.
Después de algunas horas de polémica la nueva
enmienda de protección del emblema fue retirada por el líder republicano en la
cámara, Johan Boehner.