Sábado 25 de julio de 2015 – 03:00 PM
DALLAS —
Cuando Sandra Bland murió la semana pasada en una prisión de Texas, añadió un
nombre a una larga lista de presos cuya muerte se declaró suicidio. La muerte
de la mujer después de su arresto por una infracción de tránsito minúscula
añadió más leña al fuego en el debate nacional sobre el uso de la fuerza
policial en perjuicio de los negros. También llamó la atención sobre el
problema de larga data de los reclusos que se quitan la vida.
La parada de la automovilista "es una cuestión
que estudiaremos", afirmó el vicegobernador Dan Patrick esta semana.
"Pero perdió la vida en la celda y eso es en lo que debemos
concentrarnos". Si hubieran estado en vigencia los procedimientos
correctos, "quizás hoy estaría viva".
El suicidio es la causa principal de muerte en las
celdas después de enfermedades naturales. De hecho, los suicidios de presos son
el triple que el de la población general, según un informe de 2010 citado en el
Estudio Nacional de Suicidios en Prisión.
Desde el 2000, la cifra total de suicidios en
cárceles ha permanecido constante con unos 300 por año, según la Oficina de
Estadísticas de la Justicia, organismo federal. La mejor vigilancia contribuyó
a hacer los suicidios menos frecuentes que en las décadas de 1980 y 1990.
"Cuando se le preguntaba a un jefe de policía
hace 20 años respondía que los suicidios no eran prevenible", afirmó
Lindsay Hayes, autora del estudio nacional. "Hoy, por lo general, el jefe
policial es mucho más activo o más consciente sobre el asunto".
Estadísticamente, los presos varones blancos tienen
mayor probabilidad de suicidarse, tanto en Texas como a nivel nacional. Las
mujeres representan una fracción del total de suicidios y Bland fue la única
mujer afroamericana que se mató en una celda en Texas desde 2009.
El riesgo de suicidio tras las rejas se debe a
varios factores, incluso los derivados del ambiente mismo de la prisión.
"Los suicidios son a menudo espontáneos y
notoriamente difíciles de pronosticar", afirma un artículo de 2013 de
suicidios en las cárceles de Texas publicado en el LBJ Journal of Public
Affairs de la Universidad de Texas. "Algunos factores estresantes pueden
provenir del ambiente mismo de la cárcel donde el aislamiento, la pérdida de
control, el conflicto con otros reclusos o con los guardias, la frustración con
los procedimientos legales, o la aflicción y vergüenza por el encarcelamiento
pueden despertar tendencias suicidas".
La ley estatal requiere que las prisiones determinen
el riesgo de suicidio de un preso y si deben reforzar las medidas de seguridad.
El estado solo requiere que un preso sea observado en persona por lo menos una
vez cada hora. Un preso que pueda ser suicida o que demuestre comportamiento
excéntrico debe ser vigilado cada 30 minutos.
Un plan para la prevención de suicidios presentado
por la celda del condado de Waller, donde Bland fue hallada sin vida el 13 de
julio, requiere que todos los guardias reciban dos horas de entrenamiento anual
sobre salud mental. También agrega que los presos con elevado riesgo de
suicidio sean observados cada cinco minutos.
El plan de cuatro páginas fue presentado en 2010 a
la Comisión de Normas Correccionales de Texas, que lo entregó el viernes a The
Associated Press.