Martes 14 de julio de 2015 – 07:20 AM
Por Parisa Hafezi y Louis Charbonneau y John Irish y
Arshad Mohammed
VIENA (Reuters) - Irán y seis grandes potencias
alcanzaron el martes un acuerdo nuclear y pusieron fin a más de una década de
negociaciones intermitentes con un pacto que podría transformar Oriente Próximo
y que Israel criticó como una concesión de características históricas.
En virtud del acuerdo, las sanciones impuestas por
Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU serían levantadas a cambio de que
Irán acepte reducciones a largo plazo de su programa nuclear, que Occidente
sospechaba que tenía como objetivo crear una bomba.
El acuerdo es una gran victoria tanto para el
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como para su homólogo iraní, Hassan
Rouhani, un líder pragmático elegido hace dos años bajo la promesa de reducir
el aislamiento diplomático del país de 77 millones de habitantes.
Sin embargo, ambos se enfrentan al escepticismo de
poderosos políticos de línea dura en sus respectivos países tras décadas de
enemistad entre países que se referían uno al otro como "el gran
satán" y miembro del "eje del mal".
"Todo el trabajo duro dio frutos y sellamos un
acuerdo. Que Dios bendiga a nuestro pueblo", dijo a Reuters un diplomático
iraní bajo condición de anonimato antes del anuncio oficial.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu,
calificó al acuerdo como "un error de proporciones históricas".
"Irán obtendrá una lotería, una bonanza en
dinero de cientos de miles de millones de dólares, que le permitirán seguir con
su agresión y terror en la región y el mundo", sostuvo.
"Irán va a recibir un camino seguro a las armas
nucleares", añadió.
La viceministra de Relaciones Exteriores israelí,
Tzipi Hotovely, calificó el acuerdo como una "rendición histórica".
Publicó en Twitter que Israel "actuará por
todos los medios para tratar de impedir que el acuerdo sea ratificado",
una clara amenaza de intentar usar su influencia para bloquear la aprobación
del pacto en el Congreso estadounidense controlado por los republicanos.
El Congreso tiene 60 días para revisar el acuerdo y
si vota por desaprobarlo, Obama puede vetar ese rechazo.
Se necesitan dos tercios de los legisladores para
anular un veto de ese tipo, lo que significa que algunos de los demócratas de
Obama tendrían que rebelarse contra uno de los principales logros de su
presidente para acabar con el acuerdo.
Teherán no reconoce a Israel y respalda a sus
enemigos. Los países árabes gobernados por musulmanes suníes, particularmente
Arabia Saudí, creen que Irán apoya a sus enemigos en los conflictos armados que
actualmente se desarrollan en Siria, Yemen y otros países.
Las conversaciones finales en Viena contemplaron
tres semanas de intensas negociaciones entre el secretario de Estado de Estados
Unidos, John Kerry, y el canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, completamente
sin precedentes entre ambos países.