Lunes 29 de junio de 2015 – 04:20 PM
Infligiendo una nueva derrota a los activistas
contra la pena de muerte, la Corte Suprema de Estados Unidos declaró este lunes
constitucional un método de ejecución por inyección letal, cuestionado luego de
que se usara en varias ejecuciones largas y difíciles.
Cinco de los nueve magistrados de la más alta
instancia judicial del país estimaron que las demandas de condenados a muerte
en Oklahoma (sur) no demostraron "un riesgo sustancial de
sufrimiento" en el caso de la utilización del midazolam, un ansiolítico
para dejar inconsciente al condenado antes de administrarle el producto letal.
El más alto tribunal estadounidense concluyó que
este método respetaba la octava enmienda, que prohíbe los sufrimientos
"crueles e inusuales".
"Los presos no identificaron un método de
ejecución alternativo disponible que implique un riesgo de sufrimiento
significativamente menor", dijo el juez Samuel Alito al leer la decisión
de la mayoría.
La decisión constituye un revés para los opositores
a la pena de muerte en Estados Unidos, el único país occidental que aún aplica
este castigo.
Alabama, Arizona, Florida, Luisiana, Oklahoma y
Virgina recurren al midazolam para aplicar la inyección letal.
El gobernador de Oklahoma, Mary Fallin, apoyó la
sentencia del lunes, al afirmar que la Constitución "claramente no
pretende prohibir la pena de muerte" por inyección letal o mediante el uso
de midazolam.
"Es difícil imaginarse qué puede ser más cruel
o más inusual que una muerte prolongada", dijo Diann Rust-Tierney,
directora de la Coalición Nacional para la Abolición de la Pena de Muerte.
Dale Baich, abogado de demandantes que se encuentran
en el corredor de la muerte, afirmó que la decisión "contradice la
comprensión médica y científica" de las propiedades del midazolam.
A pesar del resultado, Baich afirmó que el
"litigio seguramente continuará" con la esperanza de evitar
"ejecuciones chapuceras" en el futuro.
- Drogas controvertidas -
En una decisión de abril de 2008, la Corte Suprema
confirmó la constitucionalidad del uso de la inyección letal.
Pero desde entonces, el rechazo de los fabricantes
--principalmente europeos-- a suministrar las drogas requeridas para ejecutar
presos condujo a estados como Oklahoma a buscar alternativas, incluido el
midazolam, cuya efectividad es cuestionada.
En abril de 2014, Clayton Lockett, condenado a
muerte en Oklahoma por asesinato, violación y secuestro, agonizó por 43 minutos
antes de morir y se le pudo ver retorcerse de dolor durante su prolongada
ejecución.
Unos meses antes, Dennis McGuire, condenado a muerte
en Ohio por asesinar a una mujer embarazada, tardó 26 minutos en morir,
mientras que lo mismo ocurrió en Arizona en julio de 2014 con Joseph Wood, cuya
agonía duró 117 minutos.
Se supone que la muerte por inyección letal no
debería insumir más de 10 minutos y tampoco debería causar dolor.
Un cuarto demandante contra este método, Charles
Warner, también fue ejecutado en Oklahoma en enero luego de que la Corte Suprema
rechazara su pedido de clemencia de última hora.
En el lugar mismo de la ejecución, Warner
--condenado a muerte por violar y matar a una niña de once meses-- dijo que
sentía como si su cuerpo estuviera "ardiendo".
- Una experiencia desastrosa -
Dos jueces sostuvieron el lunes que ya era hora de
hacerse una pregunta básica: "¿Es constitucional la pena de muerte?",
dijo el lunes el juez Stephen Breyer, quien sostuvo que hablaba por él y por su
colega Ruth Ginsburg.
Confirmando la gran controversia que rodea a este
tema, el juez ultraconservador Antonin Scalia replicó en la sala del tribunal
que "a diferencia del matrimonio gay, la pena de muerte está aprobada por
la Constitución".
Pero la magistrada Sonia Sotomayor, que forma parte
de la minoría progresista de la Corte, dijo que "al proteger incluso a
quienes han cometido los crímenes más odiosos, la 8a Enmienda reafirma el deber
de un gobierno de respetar la dignidad de todas las personas".
"Hoy, sin embargo, la Corte absuelve al estado
de Oklahoma (...) y le exige a un condenado que él mismo identifique un medio
para ser ejecutado", subrayó.
De su lado, la poderosa Unión para la Defensa de las
Libertades estimó que "la mayoría de Estados Unidos le ha dado la espalda
a la pena de muerte, solo un puñado de estados persisten en aplicarla, es
tiempo de poner fin a esta experiencia desastrosa de la pena capital".
Este caso se trataba "tanto de la existencia
misma de la pena de muerte como de la inyección letal", dijo a la AFP la
experta Deborah Denno, quien juzgó "inexcusable" que la Corte Suprema
"siga validando desde hace décadas un sistema de ejecución que cada año se
vuelve más irreflexivo y monstruoso".
En lo que va del año se ha ejecutado a 17 presos en
Estados Unidos. En 2014, se realizaron 25 ejecuciones, 39 en 2013, 43 en 2012 y
46 en 2011, según el Centro de Información sobre la Pena capital (DPIC). El
récord fue en 1999, con 98 ejecuciones.