Miércoles 17 de junio de 2015 – 01:50 PM
El papa Francisco decidió romper el silencio que por
siglos reinó en la Iglesia sobre la pedofilia al destituir, en un solo día, a
dos obispos acusados de encubrimiento y anunciar la celebración en julio del
primer juicio contra un nuncio por ese crimen.
La primera audiencia del juicio contra el exnuncio
apostólico de la República Dominicana, el polaco Jozef Wesolowski, ha sido
convocada para el 11 de julio, anunció oficialmente este lunes el Vaticano.
Se trata de un hecho sin precedentes en la historia
de la Iglesia y una señal de que el papa entiende actuar con mano dura contra
la pederastia dentro de la entidad.
Los delitos por los que será juzgado el exembajador
del Vaticano fueron cometidos cuando ejercía el cargo en República Dominicana,
entre el 24 de enero de 2008 y el 21 de agosto de 2013. Se trata de abuso
sexual a menores, acusaciones basadas en pruebas aportadas por testimonios
recogidos por las autoridades competentes de Santo Domingo. Igualmente,
será juzgado por posesión de material pornográfico con menores, descubierto
durante su estancia en Roma, entre agosto de 2013 y el 22 de septiembre de
2014, cuando estaba detenido.
El prelado era conocido por mantener relaciones con
menores en un barrio de Santo Domingo, según las denuncias recibidas en el
Vaticano.
- "Con el mayor escrúpulo" -
"El Tribunal podrá apoyarse en la evaluación de
los ordenadores del acusado, pero también en eventuales formas de cooperación
judicial internacional, destinadas a evaluar los testimonios probatorios
aportados por la justicia dominicana", explicó en una nota la Santa Sede.
La jerarquía de la Iglesia quiere garantizar un
juicio imparcial, por lo que adelantó que serán analizadas "con el mayor
escrúpulo" todas las pruebas y los análisis presentados.
En caso de ser encontrado culpable, Wesolowski
podría ser condenado a seis o siete años de cárcel.
Wesolowski, de 66 años, que ejerció como nuncio en el
país caribeño durante casi seis años, fue relevado de sus funciones en agosto
del 2013.
Según la prensa del país caribeño, el diplomático
del Vaticano tuvo relaciones sexuales de pago con menores en la llamada 'zona
colonial', el centro histórico de Santo Domingo.
En junio de este año fue expulsado del sacerdocio
por la Congregación para la Doctrina de la fe, el otrora Santo Oficio, siendo
la medida más severa contra un prelado.
La primera audiencia del juicio a Wesolowski, que se
encuentra detenido en su domicilio en el Vaticano por razones de salud, será
pública y es posible que las demás se celebren a puerta cerrada por respeto a
las víctimas.
La respuesta del papa a ese fenómeno que ha afectado
gravemente el prestigio de la Iglesia, resulta particularmente dura si se tiene
en cuenta que la jerarquía de la Iglesia evitó a toda costa hacer frente al
caso del fallecido cura mexicano Marcial Maciel, fundador de la influyente
congregación ultraconservadora Legionarios de Cristo.
Maciel, fallecido en 2008, contó con la protección
durante décadas de altos jerarcas del Vaticano, pese a la condena por pedofilia
tras haber abusado de alumnos, asistentes e inclusive de los hijos que tuvo con
dos mujeres.
- Contra el encubrimiento -
Comprometido también en la lucha contra el
encubrimiento, una conducta considerada normal y hasta elogiada durante años
dentro de la institución, Francisco anunció también este mismo lunes que
aceptaba la renuncia de dos obispos de EEUU.
El arzobispo de Saint Paul y Minneápolis, monseñor John
Clayton Nienstedt, y su adjunto, monseñor Lee Anthony Piche, renunciaron a sus
cargos después de que su diócesis fuera acusada por las autoridades de EEUU de
no haber protegido a menores en relación a un sacerdote que fue encarcelado por
abusos sexuales.
El papa forzó la renuncia de esos obispos, al
valerse de una disposición del código de derecho canónico, que los invita a
renunciar por haber cometido una falta grave. El no haber protegido a las
víctimas de un cura pedófilo les ha costado su carrera.
Pese a esas medidas, algunas asociaciones que luchan
contra la pedofilia critican la lentitud y el método con el que la Iglesia
encara el problema. "No es fiable que curas juzguen a curas", lamentó
la asociación estadounidense de víctimas (SNAP).