Sábado 11 de abril de 2015 – 10:20 PM
PANAMA (AP) — La Cumbre de las Américas, que bajó el
telón el sábado por la noche, sentó por primera vez a los presidentes de Cuba y
Estados Unidos en el camino para restablecer relaciones y fue el escenario en
que numerosas voces latinoamericanas se alzaron contra el decreto de Washington
que proclama a Venezuela una amenaza para la seguridad estadounidense.
La séptima cita cumplió su cometido en los esfuerzos
de Cuba y Estados Unidos, dos rivales antagónicos por medio siglo, en reafirmar
que están dispuestos a impulsar un nuevo enfoque en sus relaciones. "Ha
servido para tender puentes en esa dirección", declaró el presidente
anfitrión Juan Carlos Varela al cerrar el encuentro.
La cumbre también permitió una reunión de varios
minutos entre Obama y su colega venezolano Nicolás Maduro, un contacto que tuvo
lugar al final de la cita y después de acentuarse la tensión entre las dos
naciones en las últimas semanas luego que Estados Unidos declaró a Venezuela
como una amenaza para la seguridad nacional.
Maduro dijo que fue un encuentro "serio" y
"franco" que podría abrir un proceso de conversación futuro con
Estados Unidos para explorar relaciones "de respeto". Para el líder
venezolano, esta fue la "cumbre de la verdad".
Sin embargo, en su intervención en la plenaria
Maduro dijo que una de las condiciones para el diálogo es la derogación del
decreto, al que considera una intervención en los asuntos internos de Venezuela
y que abre la posibilidad de una acción armada estadounidense.
La cumbre le dio la bienvenida a Cuba, la siempre
gran ausente del foro por haber sido expulsada en 1962 de la Organización de
los Estados Americanos que ejerce la secretaría general del evento.
Y Cuba pareció sacar réditos en Panamá.
"En la reunión que se efectuó en la tarde de
hoy (sábado) me parece que uno de los resultados principales (es) que ambos
gobiernos conocemos mejor nuestros respectivos intereses y también los límites
de nuestras diferencias y hemos encontrado terreno común en la disposición de
tener un comportamiento civilizado que respete nuestras diferencias",
expuso el canciller cubano Bruno Rodríguez en una conferencia de prensa
posterior.
"Es una actitud positiva y lo valoramos",
dijo antes la presidenta argentina Cristina Fernández al hacer referencia a los
esfuerzos de Washington y La Habana por poner fin a su prolongada hostilidad.
"Es un triunfo de la revolución cubana". Pero consideró que el
decreto "es una pena realmente".
Para la presidenta brasileña Dilma Rousseff,
"estas medidas unilaterales son contraproducentes". La mandataria
también reafirmó que Brasil sigue la línea trazada por la Unión de Naciones
Suramericanas de utilizar la vía del diálogo entre gobierno y oposición para
resolver la crisis política en la nación petrolera.
A su turno Castro también despotricó por el decreto
de Obama, aunque al mismo tiempo expresó su disposición de continuar tratativas
con Estados Unidos.
"Hemos expresado y le reitero ahora al
presidente Barack Obama nuestra disposición al diálogo respetuoso y a la
convivencia civilizada de ambos estados dentro de nuestras profundas
diferencias", manifestó Castro.
"Aprecio como un paso positivo su reciente
declaración de que decidirá rápidamente sobre la presencia de Cuba en una lista
de países patrocinadores del terrorismo en la que nunca debió estar, impuesto
bajo el gobierno del presidente (Ronald) Reagan".
El presidente mexicano Enrique Peña Nieto mencionó,
por su parte, las implicaciones del paso dado por ambos países.
"Los líderes de ambas naciones le han recordado
al mundo que la apertura al diálogo está cargado de futuro y
posibilidades", expuso. "También quiero aquí expresar el
reconocimiento al proceso de paz que está viviendo Colombia".
Según el presidente ecuatoriano Rafael Correa, la
"alegría no puede ser completa. Queda el bloqueo (estadounidense contra
Cuba) y la devolución de (la base) de Guantánamo".
Obama dio una rueda de prensa por la tarde y luego
abandonó la capital panameña cuando aún la segunda sesión plenaria de la cumbre
no había terminado.
Los presidentes consensuaron el 90% de los mandatos
o iniciativas propuestas en un documento y con las que buscan ayudar a los
sectores más vulnerable de la región, donde a pesar de su crecimiento económico
de la última década aún se mantienen en pobreza alrededor de 167 millones de
personas, casi el 30% de su población.
La próxima Cumbre de las Américas, en su 8va
versión, tendrá como sede el Perú en 2018.