Viernes 24 de abril de 2015 – 01:00 PM
Más de 7.000 campesinos mexicanos volvieron a
marchar este viernes en el valle de San Quintín, en la región de Baja
California (noroeste), para exigir mejoras salariales que los saquen de la
"miseria" en la que viven.
La protesta ocurre poco antes de que sus
representantes se reúnan con altos funcionarios federales para intentar
resolver un conflicto laboral que se prolonga desde hace más de un mes.
"Ya basta de explotación" o "No más
sueldos de hambre" eran algunos de los carteles que mostraban los humildes
jornaleros de esta zona agrícola, que exporta casi todos sus productos a
Estados Unidos y que protagonizó un inédito y tenso paro el 17 de marzo en el
que hubo enfrentamientos con la policía y casi 300 manifestantes detenidos.
"La miseria que nos pagan no alcanza",
reclamaba Rosa, una indígena llegada del estado de Oaxaca (sur) de 55 años y
madre soltera de tres hijos, que cobra 130 pesos (8,5 dólares) al día por
recoger tomates durante nueve horas.
Juan, un campesino de Oaxaca que emigró hace 30 años
a San Quintín en busca de una mejor vida, lamentaba que las autoridades los
tengan "tan olvidados", durante la marcha en la que participaban más
de 7.000 campesinos, según la policía municipal.
Unos 80.000 jornaleros, principalmente indígenas de
Oaxaca y Guerrero (sur), trabajan en el polvoriento San Quintín, una región
semidesértica con costa en el océano Pacífico donde predominan los campos de
fresa, frutos rojos y los invernaderos de tomate y pepino.
Debido a la pasada manifestación, que tuvo un fuerte
eco en los medios, el mayor rancho de la zona accedió a pagar un 15% más a los
trabajadores pero éstos lo consideran un aumento irrisorio.
Una delegación de los jornaleros -llamados así por
trabajar por días- fue la semana pasada a la capital para exigir una respuesta
a las autoridades federales.
Este viernes sostendrán una reunión en San Quintín
con el subsecretario (viceministro) de Gobernación Luis Enrique Miranda,
legisladores y un delegado de la Organización Internacional del Trabajo, en la
que los jornaleros exigirán que el salario diario pase de los 120 a los 200
pesos (de 7,7 a 13 dólares).
"Siento que en esta reunión sí vamos a traer
los 200 pesos pero, si no hay ninguna respuesta, el siguiente paso es el boicot
económico internacional" de los productos de la zona, dijo a la AFP Fidel
Sánchez, uno de los líderes del movimiento.
El gobierno calcula que hay más de dos millones de
jornaleros en México (118 millones de habitantes) que viven en condiciones de
semiesclavitud, sin contrato ni prestaciones sociales y que, pese a la dureza
de sus trabajos de hasta 10 horas, cobran de media entre 4 y 7 dólares diarios.