Domingo 26 de abril de 2015 – 08:10 PM
El húngaro Elod Toasó y el boliviano-croata Mario Francisco
Tadic, únicos sobrevivientes en el caso de los mercenarios abatidos en 2009 y
condenados por planear un atentado contra el presidente Evo Morales, recobraron
su libertad, informó este domingo la Fiscalía de Bolivia.
Ambos "ya cumplieron su sentencia condenatoria
ejecutoriada y quedaron en libertad para quedarse en Bolivia o retornar a su
país de origen", dijo el fiscal general Ramiro Guerrero, mencionado en un
comunicado institucional entregado a la AFP.
"Los dos sentenciados quedaron libres luego de
haber permanecido cinco años y diez meses en privación de libertad",
añadió el informe.
Según medios locales, Toasó y Tadic habrían salido
de Bolivia rumbo a sus países, vía Chile, aunque la versión no fue confirmada
de inmediato por ninguna autoridad local.
En febrero pasado ambos se sometieron a un
procedimiento abreviado y fueron condenados a presidio por los delitos de
terrorismo y alzamiento armado contra la seguridad y soberanía del Estado.
La Fiscalía los acusó de armar una milicia civil
para iniciar una guerra secesionista en la próspera región de Santa Cruz (este)
y de planear atentar contra Morales.
En abril de 2009 la Policía boliviana irrumpió en un
hotel de Santa Cruz y abatió a tiros al boliviano-croata Eduardo Rózsa y a sus
compañeros Michael Dwyer (irlandés) y Arpad Magyarosi (rumano-húngaro).
En el mismo operativo fueron arrestados Tadic y
Toasó, quienes fueron condenados en febrero pasado en La Paz a cinco años y 10
meses de prisión respectivamente. Un testigo clave, Ignacio Villa, recibió
también una pena de ocho años.
Sin embargo, la fiscalía sigue intentando descubrir
los nexos políticos y militares de Rózsa Flores, lo que respalda el gobierno
pero pone en duda la oposición.
La semana pasada un militar boliviano, el coronel
Germán Cardona, quien fue asesor legal del Ejército, buscó refugio en España
tras asegurar en declarariones a un medio local que varios "personeros del
gobierno" armaron el caso.
Poco después de los hechos, la ONG Human Rights
Watch consideró que "las circunstancias del tiroteo de abril (de
2009)" no habían "sido clarificadas", puesto que un informe
forense plantea que Michel Dwyer no murió en un enfrentamiento y que más bien
pudo ser