Por Alexandra Hidalgo
Lunes 20 de abril de 2015 – 10:20 PM
Escribo este artículo después de escuchar a una
madre de familia que votó por el actual presidente de la república, diciendo:
“Siento resentimiento y arrepentimiento por haber votado por Juan Orlando”. La
escuché hablar sobre sus dificultades y me contó además que no le habían dado
el puesto político que le habían prometido. Escuchándola caí en cuenta de que
Honduras ha ido evolucionando gradualmente hasta convertirse en una sociedad en
crisis. Esto, en realidad, no tiene que ver con ningún gobierno sino con
proceso evolutivo de los individuos que repercute en el colectivo social.
Una cosa es que nos mientan y que no se pueda
confiar en ciertos individuos y otra la forma en que manejamos estas malas
experiencias. Es tiempo de cambiar nuestra forma de pensar. Ya sabemos que no
podemos confiar en muchos de los políticos, pero el qué hacer al respecto no
depende de ellos sino de nosotros. Si bien podemos en determinado momento
experimentar resentimiento, tan bien es cierto que debemos superar ese
sentimiento; esa es la única manera de poder avanzar. Es tiempo de cambiar
nuestra forma de pensar y contrarrestar el clientelismo político con negocios
con propósito, es decir, con negocios con impacto social.
Los negocios existen para servir a los accionistas,
sin embargo debemos impulsar también negocios con propósito, en otras palabras,
negocios que sean conscientes de las consecuencias de sus actos tanto en lo
social como en lo legal, negocios con impacto social, que mediante el uso de
caminos colectivos integradores provoquen un patrón de trabajo a seguir por la
nación, como una tendencia irreversible de personas conscientes. Con esto
sistemáticamente se crearía un nuevo orden de negocios.
Algunas universidades, colegios y gobiernos están
enfocados en crear negocios masivamente dejando de lado el impacto social,
pensando que construir negocios en camionadas nos llevará a transformar a
Honduras y al mundo. Como dijo nuestro amigo, el Dr. Edwin Francisco Herrera,
“Concentrémonos en la calidad, no en la cantidad”, los negocios con significado
o impacto social, como por ejemplo un refugio municipal para animales, ayuda a
mitigar las deficiencias de los municipios; mientras que construir negocios sin
conciencia social conduce eventualmente al aislamiento.
He pasado varios años en esta aventura de
interconectar personas para catalizar cambios, sé el tipo de propulsores que
necesita un sistema para funcionar. Estoy convencida de que nadie tiene el mapa
exacto a seguir para tener éxito; el mapa a seguir en Honduras surgirá de varios
mapas colectivos que se integrarán sin importar que las estructuras actuales
sean impositivas y dictatoriales. Las estructuras actuales no perdurarán,
únicamente perdurarán aquellas que surjan de la integración colectiva de varios
sistemas y de escuchar a la ciudadanía.
Regresando a la señora que se siente arrepentida y
resentida, si cambiáramos de mentalidad y creáramos atmósferas competitivas con
impacto social lograríamos reducir el clientelismo político, lo que a su vez
motivaría a los políticos a crear incubadoras de negocios con propósito en
lugar de los trabajos políticos que tanto dañan las estructuras
administrativas. En otras palabras, si el gobierno no crea condiciones desde
arriba, hay que obligarlo, desde abajo, a crear políticas justas para dar
respuesta a las necesidades de la población.
Estoy segura de que si todas estas entidades
enfocadas en crear negocios masivamente, a las que se les aplaude su labor
actual, incluyen en sus objetivos el impulsar la creación de negocios con
propósito, verían cómo naturalmente empiezan a surgir redes de trabajo y al
final tendrían la satisfacción de haber brindado ayuda a una comunidad que como
mínimo, debería ser el municipio al que pertenecen. Invito en primer lugar a
los ciudadanos en general a superar el resentimiento y arrepentimiento y a
canalizar su energía en propuestas y acciones conducentes al bienestar social.
Invito además a todas las universidades, colegios profesionales, empresas
particulares y cámaras de comercio, a prestar especial atención a los negocios
con propósito y a asumir su rol como actores de cambio generativo en nuestra
nación.