Viernes 06 de marzo de 2015 – 09:40 AM
Sus nombres son atípicos para un luchador mexicano
clásico y su apariencia aún más: vestidos con ligueros y mallas abiertas en el
pecho, "Diva Salvaje", "Estrella Divina" y
"Demasiado" se alborotan la melena y se maquillan ojos y labios antes
de salir al ring.
Son hombres pero se hablan en femenino y hoy se
cambian en el vestidor de mujeres, lejos de la quincena de compañeros que
también pelearán en esta arena escondida en un garaje de la polvorienta
Tultitlán, a las afueras de Ciudad de México.
Cuando el presentador llama al escenario a los
"Okama power" (el poder de los travestis en japonés), los tres
luchadores suben contoneándose con sus glamourosas batas de tul, desatando los
silbidos y vítores del público: llegó la hora de los 'exóticos'.
Aunque esta categoría afeminada de la lucha libre
empezó a cobrar fuerza en los 70 con la llamada 'Ola Lila', sus integrantes
todavía deben pelear dentro y fuera del ring para que se les tome en serio y
sortear el machismo imperante en este deporte de masas en México.
"Kilvan", uno de los robustos
contrincantes de los "Okama power" el pasado fin de semana, sólo
tiene buenas palabras para ellos, mientras otros compañeros confiesan verlos
"como cualquier otro rival", pero no siempre es así.
Hay luchadores que "te quieren garrotear,
apretar más, piensan que por ser así eres más frágil", explica
"Estrella Divina", un joven de 20 años que es la sensación de la
tarde por su apabullante apariencia de mujer, con su melena rubia y un cuerpo
escultural apretado en una malla de cuero negro.
El desparpajo que ahora muestra este luchador, que
está empezando a tomar hormonas femeninas y resalta con orgullo sus incipientes
curvas, nada tiene que ver con los días en que empezó a luchar con máscara
"por pena, porque no salía del clóset" en su natal Acapulco (sur).
Una vez asumida su sexualidad, se preguntó:
"¿Para qué me voy a ocultar tras una máscara o hacerme el macho si yo
realmente soy así?".
- La discriminadora AAA -
Empieza la pelea y, después de una llave que deja en
el suelo a su rival, la pícara "Diva Salvaje" se le monta encima y
anima al público a que pida el esperado "¡Beso, Beso!", sello de los
exóticos. Después de una pausa teatral, "Diva" se le acerca y, en vez
del beso, le da una sonora cachetada. "¡Puto! (gay)", le grita.
El humor y la interacción con el público son parte
de los diferenciales de los exóticos, que suelen verse obligados a participar
como independientes en las peleas ya que la mayor empresa de luchas, la AAA,
les relega a los llamados "Relevos Atómicos de Locura", peleas
preliminares entre enanos, mujeres, exóticos y luchadores clásicos.
La otra gran empresa, el Consejo Mundial de Lucha
Libre, sólo tiene una figura de estética exótica en sus luchas: Máximo, un
luchador heterosexual.
Aunque la 'Ola Lila' de "Sergio El
Hermoso" o "El Bello Greco" abrieron camino con sus gestos
amanerados y sus incipientes plumajes, fue la generación de finales de los
ochenta -integrada por "Mayflower", "Pimpinela Escarlata" o
"Cassandro"- los que revolucionaron la lucha libre exótica con una
técnica potente complementada con vestuario y maquillajes de estética travesti.
- No cualquiera es exótico -
Cassandro, figura internacional y campeón de peso
ligero mexicano en 2008, reconoce que "el tiempo ha ayudado mucho en la
aceptación de los exóticos".
Sin embargo, "aún falta trabajo por hacer para
que se eliminen las etiquetas y se vea el talento de uno como exótico y no como
homosexual", explica este luchador de 45 años convertido también en
reconocido conferencista y defensor de los derechos de los gays.
Bajo su exitoso ejemplo, la nueva generación de
exóticos apuesta ahora por una lucha más fuerte atreviéndose también con los
agresivos castigos.
Ante las críticas a la vulgaridad que a veces recibe
esta categoría, "Diva Salvaje" advierte que hay que diferenciar entre
los profesionales que invierten en sus equipos y personajes y "muchos
compañeros que no son gays pero, por el hecho de trabajar, se hacen
exóticos".
"Muchos nos denigran porque se ponen medias, se
pintan los labios y ya", lamenta este veterano luchador del estado de
Coahuila (noreste).
Cae la noche y los "Okama Power" ganaron
la pelea. Retándolos a una revancha, "Kilvan" usa el micrófono para
elogiarlos ante el público: "De putos tienen la apariencia porque son más
hombres que muchos dentro de este cuadrilátero".