Domingo 1 de marzo de 2015 – 10:40 AM
MONTEVIDEO, Uruguay (AP) — Con un fuerte llamado a
la unidad nacional Tabaré Vázquez asumió hoy domingo como nuevo presidente de
Uruguay en sustitución de José Mujica, quien culminó su mandato constitucional
de cinco años. Vázquez, un médico oncólogo de 75 años, ya presidió el país
entre 2005 y 2010, cuando abandonó el poder con un índice de popularidad mayor
al 70%.
En su primer discurso en el Parlamento al asumir el
cargo, Vázquez apeló a la unidad nacional por encima de las diferencias
partidarias y llamó a "analizar y discutir juntos y con respeto los
distintos caminos para lograr la mejor educación pública" y mejoras en los
sistemas de salud y vivienda.
Vázquez dijo que su gobierno se inspirará en el
legado del prócer José Artigas (1764-1850), un caudillo inflexible en su lucha
por la libertad, la república y los derechos de los más desposeídos, hoy
venerado por todos los sectores políticos del país.
El nuevo presidente recordó que Artigas, tras vencer
en una batalla contra los españoles en la época de la colonia, pidió clemencia
para los vencidos, y usó esa imagen para una velada crítica al grupo terrorista
Estado Islámico: "Qué diferente al momento actual, donde se inmolan víctimas,
se graban por televisión y tristemente se muestran como su fuera un espectáculo
circense o deportivo".
En esa línea, el nuevo presidente señaló que hoy en
el mundo ocurren cosas "sencillamente horribles". "Pocas veces
en su historia la humanidad se vio tan sacudida y tan golpeada, tan abrumada,
como en estos tiempos. La violencia, el miedo, el terror, la intolerancia
campean en distintas regiones de nuestro planeta", dijo.
Para el politólogo Daniel Chasquetti, profesor de la
Universidad de la República, "Vázquez apeló a Artigas buscando rescatar
los fundamentos de la democracia y la república en Uruguay".
"El mensaje fue claro: vivimos en un mundo muy
complicado, que está mal y con millones de problemas, pero Uruguay tiene dónde
buscar soluciones: están en el legado de Artigas, en su reivindicación de la
justicia, la república, los derechos individuales y la protección de las
minorías. Esos son los fundamentos de nuestra democracia y nuestra historia
republicana".
Para Chasquetti, el tono del discurso marcó una
clara diferencia con lo que suelen ser las declaraciones de Mujica, que muchas
veces tienen un tono "refundacional".
En el Parlamento, escuchando el discurso de Vázquez,
se encontraban los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff; de Paraguay, Horacio
Cartes; de Chile, Michelle Bachelet; de Perú, Ollanta Humala; de Ecuador,
Rafael Correa, y de Cuba, Raúl Castro.
Al igual que Mujica, Vázquez integra el Frente
Amplio, una variopinta coalición de partidos de izquierda que reúne desde
demócratas cristianos hasta comunistas, pasando por socialistas y ex
guerrilleros. Vázquez está asociado a los mayores triunfos de su fuerza
política. Fue alcalde de Montevideo entre 1990 y 1995, cuando encabezó la
primera victoria electoral de la coalición izquierdista en la capital uruguaya.
Y tras dos intentos fallidos también conquistó la presidencia de Uruguay por
primera vez para el Frente Amplio.
Sobrio y de vestir elegante, mesurado y calmado al
hablar, vecino de un distinguido barrio residencial montevideano, el estilo de
Vázquez difiere en casi todo del semblante austero y campechano Mujica. Poco
dado a las disquisiciones filosóficas de su antecesor, los puntos fuertes de
Vázquez tienen más que ver con la capacidad de mando.
Vázquez tendrá el honor de ser el tercer uruguayo en
gobernar el país dos veces desde comienzos del siglo XX, algo que no suele
ocurrir ya que la reelección directa está prohibida en este país de 3,3
millones de habitantes. "Tabaré", como suelen llamarlo los uruguayos,
llegó por segunda vez al cargo de presidente tras vencer en noviembre en un
balotaje al candidato del Partido Nacional, el centroderechista Luis Lacalle
Pou, con el 53% de los votos contra el 41%.
Mujica le entregará a Vázquez un gobierno con altos
índices de aceptación popular y un país con la economía en crecimiento, los
salarios en alza y el índice de desempleo en un nivel históricamente bajo. Pero
también con un déficit fiscal que preocupa a algunos analistas y problemas en
el sistema educativo y en la seguridad pública, entre otros.
El nuevo presidente tendrá también que implementar
la ley que legalizó el mercado de la marihuana, una iniciativa de Mujica que
llamó la atención del mundo entero pero que todavía no ha comenzado a funcionar
en sus aspectos centrales. El estado todavía no ha seleccionado a las empresas
que cultivarán la hierba y por ello no se ha sembrado ni comenzado la venta en
farmacias, tal como está previsto.
Vázquez ha calificado de "increíble" que
la marihuana se vaya a vender en las farmacias y dijo que estará muy atento a
los efectos del plan para desandar el camino si los resultados no son buenos.
Con la toma de posesión de Vázquez, Uruguay completa
hoy un ciclo de 30 años ininterrumpidos de vida democrática, desde que el 1 de
marzo de 1985 asumió el presidente electo Julio María Sanguinetti y puso fin a
una dictadura cívico militar que se había iniciado en 1973.
"Quisiera fervorosamente saludar los 30 años
ininterrumpidos de democracia que gozamos en el Uruguay", dijo Vázquez.
En otra muestra de su llamado a la unidad nacional,
Vázquez dedicó un saludo especial a Sanguinetti, que pertenece al opositor
Partido Colorado, presente en la ceremonia de toma de posesión.