Martes 24 de febrero de 2015 – 08:50 PM
Tegucigalpa, Honduras - El Congreso Nacional,
socializará este miércoles, con organizaciones religiosas y de la sociedad
civil, una reforma por adición a artículos del Código de Familia, encaminado a
que cuando los conyugues se separen, se van a repartir los bienes en partes
iguales.
La reunión se celebrará este miércoles a las 10:00
de la mañana en el Salón de Comisiones del Congreso Nacional.
En la reunión participarán organizaciones como las
iglesias Ministerio La Cosecha; Mi Viña, Cristo Centro, Iglesia Católica, así
como con la Asociación de Mujeres Defensoras de la Vida, el Centro de Derecho
de Mujeres, el Instituto Nacional de la Mujer (INAM), la Asociación Femenina de
Honduras, Fundación de Desarrollo Integral (Fundei), la Fiscalía Especial de la
Mujer y el Movimiento de Mujeres por la Paz Visitación Padilla.
Se trata de una reforma por adición a un nuevo
numeral bajo la denominación ocho del artículo 39 reformado y reformar el
artículo 68 del decreto 76-84 contentivo del Código de Familia.
El proyecto de ley está orientado a que cuando una
pareja se separe, ambos conyugues tengan derecho a un 50 por ciento cada uno de
los bienes que hayan adquirido durante el matrimonio.
La iniciativa cuenta con el visto bueno de la Corte
Suprema de Justicia (CSJ), según el diputado proyectista y secretario del
Congreso Nacional, Mario Pérez.
Una vez aprobada la ley, obligará a las parejas a
repartir sus bienes en un 50 por ciento antes de casarse, de lo contrario no se
podrá inscribir el matrimonio, explicó Pérez.
La ley actual contempla las figuras de bienes
separados, mancomunados y la repartición ganancial.
En ese sentido, el congresista consideró injusto que
en casos de divorcio no haya repartición de bienes con afectación directa para
las mujeres y los hijos, quienes son los desamparados.
Serán exceptuados de la repartición las herencias y
donaciones, entendido como aquellos bienes que los padres u otras personas le
regalen a una de las parejas, subrayó.
La ley considera también como trabajo para las
mujeres la crianza de los hijos, en virtud que culturalmente son las encargadas
de llevar esa responsabilidad en los hogares hondureños.