Martes
28 de octubre de 2014 – 10:30 PM
Honolulu.
Después de semanas de un movimiento lento e irregular, un río de lava negro
alquitrán se deslizaba a pocos metros de una casa en un vecindario de Big
Island, la isla mayor de Hawai.
La
lava crujía y emanaba humo a medida que avanzaba hacia la estructura de dos
pisos en Pahoa Village, sofocando una zona de vegetación.
Los
vecinos de la pequeña población han tenido semanas para prepararse para lo que
se ha descrito como un desastre en cámara lenta. La mayoría ya se fueron o
están preparados para irse. Por lo menos 50 o 60 estructuras —casas y negocios—
están en la zona que probablemente sea afectada.
El
fin de semana la lava cruzó una calle en Pahoa Village, un pueblo importante en
el distrito rural de Puna.
Por
la mañana las autoridades de defensa civil dijeron que estaba a unos 466 metros
de Pahoa Village Road, que cruza directamente a través del centro.
Los
científicos empezaron a advertir al público sobre la amenaza de la lava el 22
de agosto y desde entonces la lava ha ido avanzando, a veces deteniéndose, ante
la ansiedad de los vecinos.
El
avance no ha sido uniforme, con variaciones de entre 2 y 20 metros por hora,
dependiendo de la topografía, expuso Janet Babb, portavoz del Observatorio de
Volcanes de Hawai.
Promediaba
unos 5 metros por hora.
Las
autoridades harán arreglos para que quienes viven en el paso del río de lava
puedan observar la destrucción de sus viviendas. Fue un acuerdo para darles la
oportunidad de aceptar lo inevitable, dijo el director de Defensa Civil del
condado Hawai, Darryl Oliveira.
El
volcán Kilauea, uno de los más activos del mundo, ha estado en erupción
continua desde 1983.