Domingo 05 de octubre de 2014 – 09:00 AM
Leung Chun-ying, cuya dimisión piden los
prodemocracia al considerarlo una marioneta de Pekín, expresó la determinación
de las autoridades para "tomar todas las medidas necesarias para
restablecer el orden público".
Hay que permitir a los 7 millones de habitantes de Hong Kong "que retomen
una vida y una actividad normales" afirmó, en momentos en que profesores
de universidad pidieron a los estudiantes --punta de lanza del movimiento-- que
retornen a sus casas para evitar enfrentamientos con la policía.
Este domingo solamente algunos centenares de personas estaban presentes en
Admiralty, cerca de la sede del poder local, un lugar convertido en el punto
estratégico de la manifestación, que se ha endurecido en la última semana.
Queda por saber si quienes han retornado a sus casas lo hacen temporalmente
para recuperar fuerzas o si han escuchado y acatado el mensaje de las
autoridades.
'Clima hostil'
La víspera, decenas de miles de personas se habían congregado en Admiralty para
denuncia la violencia padecida por ellos por parte de habitantes hartos de la
paralización de la ciudad, a los que se suman militantes pro-Pekín.
Hong Kong, antigua colonia británica, atraviesa su peor crisis política desde
la retrocesión del territorio a China, en 1997.
China aceptó instaurar el sufragio universal para la próxima elección del jefe
del ejecutivo en 2017, pero pretende conservar el control de las candidaturas, una
propuesta inaceptable para los manifestantes que han bajado masivamente a
protestar a las calles desde el 28 de septiembre.
China teme que el movimiento se extienda, y lo ha criticado calificándolo de
"ilegal" y acusando a sus promotores de crear una "clima
hostil".
"El movimiento ilegal Occupy Central (gran barrio de negocios de Hong
Kong, ndlr), guiado de manera inconsecuente por algunas personas impulsadas por
su individualismo, menosprecia el parecer de la mayoría de la opinión pública y
va en contra de la democracia y de la autoridad de la ley", afirmó este
domingo un editorial del diario, órgano oficial del Partido Comunista
gobernante.
Los líderes estudiantiles habían renunciado a dialogar con el gobierno , pero
luego indicaron que se podrían llevar a cabo negociaciones, pero bajo ciertas
condiciones.
El ejecutivo local reafirmó en una comunicado que "su puerta estaba
siempre abierta para el diálogo" y llamó a los manifestantes a que evacúen
los alrededores de la sede del gobierno.
Algunos enfrentamientos esporádicos estallaron durante la noche del sábado,
especialmente en el barrio comercial de Mongkok, en el continente, frente a la
isla de Hong Kong, donde los prodemocrascia acusaron a hombres enviados por la
mafia china de haberlos atacado.
Los policías usaron gas pimienta contra manifestantes que los rodeaban.
Responsables policiales defendieron esta acción, aunque el ministro de Finanzas
John Tsang admitió que las autoridades locales, carentes de
"experiencia", no están "psicológicamente preparadas" para
hacer frente a un movimiento de tal magnitud.
Los manifestantes ocupan tres sitios estratégicos en los barrios
administrativos, financieros y comerciales de Hong Kong, territorio considerado
hasta ahora un remanso del capitalismo financiero internacional. Bloquean las
grandes avenidas, pero tienen enfrente ahora a los contramanifestantes, que
portan lazos azules para expresar su apoyo a la policía.