Martes 21 de
octubre de 2014 – 04:50 PM
WASHINGTON
(AP) — Las personas que compartieron apartamento con el primer enfermo de ébola
en Estados Unidos están saliendo de cuarentena llenos de salud. Aunque Thomas
Eric Duncan murió y dos enfermeras estadounidenses se infectaron al atenderlo,
también hay éxitos: una enfermera española se ha recuperado, al igual que
cuatro trabajadores humanitarios estadounidenses infectados en África
occidental. Incluso allí, no todos los enfermos mueren.
Entonces
¿por qué algunas personas escapan vivos del ébola y otros no?
El final de
la cuarentena para 43 personas en Dallas que tuvieron contacto con Duncan
"simplemente respalda lo que la mayoría de nosotros ya sabíamos acerca de
la enfermedad y que hemos estado diciendo todo el tiempo: su propagación no es
tan fácil", dijo el doctor Joseph McCormick de la Facultad de Salud
Pública de la Universidad de Texas.
McCormick
trabajó con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en
1976 durante el primer brote de ébola conocido y posteriormente con otros
numerosos brotes de ébola y los virus hemorrágicos relacionados.
El ébola se
propaga por contacto con fluidos corporales del enfermo, que luego entran al
cuerpo a través de una herida en la piel o cuando las manos contaminadas tocan
los ojos o la nariz. Una vez dentro del cuerpo, el virus se afianza atacando la
primera línea de defensa del sistema inmunológico, esencialmente desactivando
sus alarmas.
El virus se
reproduce rápidamente infectando a múltiples tipos de células antes de que el
sistema inmunitario reconozca la amenaza y comience a luchar.
Sólo después
de que se produce una cantidad suficiente de virus, aparecen los síntomas,
empezando con fiebre y dolor muscular, de cabeza y garganta. Sólo entonces una
persona se vuelve contagiosa.
No está
claro por qué el ébola tiene un comportamiento diferente en cada persona, pero
la rapidez con la que aparecen los síntomas depende en parte de la cantidad de
virus a los que un paciente se vio expuesto inicialmente, dijo McCormick.
La
Organización Mundial de la Salud ha dejado claro que hay mucho más virus en
sangre, vómito y heces que en otros fluidos corporales.
No existe un
tratamiento específico para el ébola, pero los especialistas dicen que la
atención médica básica —proporcionar líquidos y nutrientes por vía intravenosa
y mantener la presión arterial— es crucial para dar tiempo al cuerpo para que
combata el virus.
Los vómitos
profusos y la diarrea pueden causar deshidratación. Peor aún, en los casos más
graves, los vasos sanguíneos de los pacientes comienzan a tener filtraciones,
causando que la presión arterial baje a niveles peligrosos y que el líquido se
acumule en los pulmones.
"La
cuestión clave es el equilibrio entre mantener la presión arterial mediante
líquidos, sin llevarlos a un edema pulmonar en el que literalmente se van a
ahogar", dijo McCormick.