Lunes 01 de septiembre de 2014 – 11:45 AM
Cierta
mañana disfrutando de una humeante taza de café con un grupo de amigos en una
residencia capitalina, donde el tema de conversación fue en torno a la
situación actual que vive nuestro país, el anfitrión se expresaba así: “En mi
ya larga jornada sobre la tierra, mi fatigada mente y mi cansado cuerpo, jamás
había visto una situación como la que actualmente estamos viviendo en Honduras,
y no es culpa del actual gobierno, no, es una situación que se viene
arrastrando desde hace ya muchos años y los gobiernos anteriores no atalayaron
u otearon que este país necesitaba de un buen gobierno, de un gobierno de
honradez, de un gobierno de desarrollo, de un gobierno progresista, sino que se
conformaron con administrar, pero gobernar en el sentido amplio de la palabra,
es bien difícil; al actual gobernante más bien le está tocando actuar, este
ciudadano está tratando de enderezar entuertos, esa corrupción cabalgante o
descomunal en que se ha visto envuelta nuestra nación, es terrible, cada día,
todos los días se destapa una nueva olla y lo que sale es pus, alacranes y
culebras, es terrible la situación de Honduras. Este gobierno, hay que
reconocerlo, goza del poderoso favor de la duda, pues su administración apenas
comienza.
A
continuación nuestro amigo, levantaba la vista y con mucho sentimiento expresa:
“a mí me tocó vivir en las épocas de Tiburcio Carías y Juan Manuel Gálvez, de
Carías, hubo una dictadura, allí fue donde nació la célebre frase de “encierro,
destierro y entierro”, el que no comulgaba con las ideas de Carías iba a la
cárcel o lo desaparecían o se iba fuera del país, así de esa manera muchos
hondureños vivieron en el exilio durante los 16 años; pero vino el gobierno de
Juan Manuel Gálvez y cambió totalmente la situación que imperaba en aquel
entonces en cuanto a lo económico, político y social, se vivieron momentos de
sosiego, de paz y trabajo, es decir se vio un cambio radical entre los
gobiernos de Tiburcio Carías y Juan Manuel Gálvez, lamentablemente Gálvez se
escurrió de la situación política y se hizo el enfermo, depositando el poder en
don Julio Lozano Díaz.
Prosigue
diciendo nuestro interlocutor, felizmente solo fueron dos años los que diz que
gobernó, de allí vino una Junta Militar que derrocó a don Julio, la que en un
año cambió un montón de cosas, incluso, la autonomía universitaria, creo, lo
que es hoy la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, dividió el
departamento de Colón en dos, creando el de Gracias a Dios, el desarrollo fue
notable en un solo año, del 21 de octubre de 1956 al 21 de octubre de 1957,
cuando se estableció la Constituyente que llevó al poder al doctor Ramón
Villeda Morales que también fue un gobierno de desarrollo, de progreso, nada
más que no lo dejaron gobernar, porque los adversarios políticos todos los días
le hacían la vida imposible, hasta que desembocó en una sangrienta intentona de
golpe de estado, conducida por Armando Velásquez Cerrato, un 12 de julio de
1959, que dichosamente para el gobierno de Villeda Morales esta fracasó y hubo
que hacer una serie de cambios en el engranaje administrativo gubernamental.
Continúa
expresando nuestro amigo, hasta a la policía hubo que cambiarla, la vieja
policía nacional desapareció, con todo y edificio, porque donde funcionaba la
misma, agarró fuego el 12 de julio en horas de la noche y de allí surgió lo que
se llamó la Guardia Civil, la que tuvo algunos encontronazos con fuerzas
militares y en parte la caída de Villeda Morales, tres meses antes de entregar
el poder, porque Villeda Morales fue derrocado el 3 de octubre de 1963 y las
elecciones eran en el mes de noviembre, el candidato que indudablemente iba a
ganar, era el oficial del Partido Liberal y el hombre que tenía más pueblo en
aquel entonces, era Modesto Rodas Alvarado, sin embargo, vino el golpe de
estado de Oswaldo López Arellano y de esa época de 1963 hasta 1982, fue de
regímenes militares, hubo un intervalo allí con la administración del doctor
Ramón Ernesto Cruz.
Pero Monchito solo estuvo 18 meses en el poder, luego fue
depuesto nuevamente por López Arellano, quien a su vez fue relevado del cargo,
por el coronel Juan Alberto Melgar Castro y este sustituido posteriormente del
poder cuatro años después por un triunvirato que integraban Policarpo Paz
García, Amílcar Zelaya Rodríguez y Domingo Álvarez que era coronel de Aviación,
estos se desintegraron y quedó Policarpo como presidente constitucional, porque
él llamó a una constituyente, esta asamblea constitucionalizó al general Paz
García, quien a su vez le entregó al doctor Roberto Suazo Córdova que era el
presidente de la citada asamblea, y en una elección de segundo grado, fue
electo presidente de la República de 1982 a 1986 en que siguió con José Simón
Azcona Hoyo y así sucesivamente, hasta llegar al actual, JOH. Cito algo para
recordar políticamente hablando quien cuenta esta historia de reciente
factura”.
Desde
entonces hasta ahora, incluso ni en el gobierno de Porfirio Lobo Sosa se pudo
levantar el perfil de la nación.
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