Sábado 19 de julio de 2014 – 03:30 PM
¿Qué es en realidad la eyaculación
precoz?
Cuando un hombre se queja de eyaculación
precoz básicamente se refiere a que eyacula antes de lo que le gustaría. En la
mayoría de los casos, esto es porque con la duración actual no le da tiempo a
tener la relación sexual que le gustaría; cambios de postura, varias practicas
y, sobre todo, con orgasmo de ella.
Este problema no es físico. En realidad,
biológicamente deberíamos tener los coitos más cortos posibles. Los mamíferos
que dedican menos tiempo al sexo permanecen menos tiempo vulnerables y pueden
aparearse con más hembras. En esto, se demuestra que también somos animales ya
que el cuerpo del macho humano está preparado para eyacular pronto.
Durante muchos años, el sexo era
básicamente la descarga del varón y la mujer no tenía nada que decir. En esos
tiempos nadie tenía eyaculación precoz porque a nadie le importaba la duración
del coito, de hecho se tienen referencias de juegos en los que se premiaba al
más rápido.
Sin embargo, las cosas han cambiado y ahora
la mujer también desea y disfruta el sexo y por supuesto quiere orgasmos. Lo
que ocurre es que los tiempos de respuesta sexual femenina son más largos así
que si ese orgasmo tiene que ser conseguido únicamente con el coito es
necesario que el hombre controle su eyaculación.
Lo que hay que tener claro es que eyacular
rápido no es un problema físico, es una exigencia cultural. La eyaculación es
una respuesta involuntaria, solo podemos controlar los procesos previos a la
eyaculación pero teniendo claro que vamos contra natura.
¿Hay diferencias en la
eyaculación de “heteros” y “homos”?
El hecho de que los homosexuales no se
quejen de eyaculación precoz es una prueba más de que este problema no tiene
nada de físico. El hombre homosexual y el heterosexual no difieren en su
anatomía, ni en la sensibilidad de su pene, ni en su respuesta nerviosa… Ambos
son machos humanos hechos de la misma manera.
Estudios demuestran que el hombre (sea
heterosexual u homosexual) dura una media de 3 minutos sin intentos de
controlar la eyaculación. El asunto está en que al homosexual no le supone un
problema y al heterosexual sí. El hecho de que una eyaculación sea rápida o
lenta no es objetivo, sino que depende de las expectativas y opiniones de cada
uno.
La responsabilidad del orgasmo
Como decía, el problema de eyacular rápido
apareció cuando la mujer tomó su derecho a tener unorgasmo.
Esto está muy bien pero es tratado de forma errónea en dos aspectos.
En primer lugar, se pierde la idea del sexo
placentero, lleno de sensaciones físicas y emocionales si no hay orgasmo. Desde
el momento en que se desea a otra persona, el cerebro comienza a segregar
hormonas que producen placer. Ese disfrute se incrementa cuando hay contacto
físico, cuando se estimulan zonas erógenas y si además le sumamos el momento de
intimidad y comunicación con nuestra pareja, nos quedamos con unos minutos muy
placenteros. Pero nos los perdemos porque estamos pensando en el orgasmo, que
es explosivo y maravilloso sí, pero que al final es una respuesta
electroquímica de nuestro cerebro, involuntaria y por tanto incontrolable. Esta
obsesión por llegar a la meta nos hace perdernos sensaciones por el camino y
además crear una ansiedad por controlar ese orgasmo; ellos para retrasarlo y
ellas para adelantarlo.
En esto es cierto que coinciden
homosexuales y heterosexuales pero es en el segundo aspecto en el que difieren
y que marca la diferencia para la eyaculación precoz.
Este segundo aspecto es la responsabilidad
del orgasmo. La mujer quiere tener orgasmos, lógicamente, pero lo que quiere es
que se los dé otra persona. Es decir, que quiere que su compañero le provoque
una respuesta que ni siquiera ella puede controlar, no digamos una persona
ajena. Así que el hombre se encuentra con que debe manejar su orgasmo y el de
su pareja. Tremenda responsabilidad que crea ansiedad y que además es complicadísima e
injusta.
Las relaciones entre homosexuales varones
son distintas porque ninguno se responsabiliza directamente del placer del
otro, así que cada uno está pendiente de su propio disfrute, por lo tanto no
importa cuánto tarde en eyacular porque no influye en el orgasmo de su pareja.
En resumen, un cambio de mentalidad en el
hombre y la mujer heterosexual resolvería casi todos los problemas de
eyaculación precoz. Algo para reflexionar.
Marta Ibáñez
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